En esta Semana Santa coinciden tradiciones de dos culturas religiosas: la cristiana y la judía.
Mientras que los cristianos (incluidos católicos, protestantes y evangélicos) festejan la muerte y resurrección de Cristo para redimir sus pecados, los judíos conmemoran el Pésaj, es decir, la liberación del pueblo hebreo, explicó Elio Masferrer, antropólogo de las religiones.
«En el Pésaj los judíos festejan la libertad, cuando salen en busca de la tierra prometida huyendo de la esclavitud a la que estaban sometidos en Egipto, con el faraón», señaló el investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
En esta tradición, llamada también Pascua judía o hebrea y de siete días de duración, los judíos no comen alimentos con levadura, sino pan elaborado con harina y agua -tradicional de esta cultura-, llamado matzá.
«Cuando huyeron de Egipto, digamos, salieron corriendo y no tuvieron tiempo de leudar el pan. Entonces, ahí es donde tienen el otro ritual que es el matzá, que de alguna manera rememora cuando no tenían comida y les llueve el maná del cielo. Es una fiesta que implica la liberación de los esclavos», detalló en entrevista.
La Semana Santa y el Pésaj coinciden en fechas porque no tienen un día establecido para celebrarse, sino que se basan en el calendario lunar.
Pese a las diferencias de las celebraciones, ambas tradiciones son sumamente importantes para las dos religiones, detalló el especialista.
«(El Pésaj) es muy importante porque es la reafirmación de la identidad judía y es además, de alguna manera, la ratificación del pacto de Jehová con los judíos de que son el pueblo elegido.
«Para los (cristianos), la Semana Santa implica la fundación del cristianismo, porque es cuando Jesús es sacrificado, Jehová permite que sacrifiquen a su hijo para la redención de los pecados de los cristianos. Entonces, es el elemento fundacional porque justamente el domingo va a venir la resurrección», agregó Masferrer.
Además, lo que los católicos conocen como la última cena de Jesús con sus discípulos, y se lleva a cabo el jueves santo, antes de la aprehensión de Cristo, coincide con la celebración del Pésaj, mencionó.
«Era evidente que Jesús se había reunido para festejar el Pésaj con su equipo de apóstoles, en lo que ahora es la última cena», puntualizó.
