Los peligros para la salud que pueden provocar piscinas y jacuzzis

El calor del verano y el tiempo libre que otorgan las vacaciones hacen que piscinas, lagos y playas se llenen de gente que busca un breve y refrescante descanso. Las actividades acuáticas son un clásico de estos meses y una vía de escape contra el calor muy necesaria. Sin embargo, no todas las aguas son iguales y el riesgo a padecer una enfermedad de transmisión acuática puede aumentar según dónde sea el esperado baño.

Un nuevo estudio promovido por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDCP por sus siglas en inglés) señala que la presencia de productos químicos en el agua de las piscinas no garantiza la inexistencia de organismos perjudiciales para el cuerpo humano. Los síntomas más comunes suelen implicar diarrea, dolor de estómago o vómitos.

De 633 brotes a nivel nacional causados por bacterias, virus y otros organismos del ambiente, cerca del 80% de ellos fueron rastreados en aguas tratadas con cloro u otros productos químicos propios de piscinas y jacuzzis. Los estudios, que analizaban brotes desde el año 2000 hasta el 2014, encontraron 493 brotes en los que más de 27.000 personas padecieron alguna enfermedad y ocho murieron por patógenos en aguas recreativas tratadas con químicos. Los resultados no incluían enfermedades relacionadas con piscinas privadas o casos en los que una sola persona enfermara.

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