Recordó que el juez del caso huyó del país tras ser amenazado, pero años después la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas confirmó que Romero fue asesinado por órdenes del fundador del partido Arena, Roberto D’Aubuisson.
‘Nosotros hemos sostenido siempre que queremos perdonar, pero pedimos que se conozca la verdad y se haga la justicia’, enfatizó el prelado, quien adelantó que el tema será abordado en una cercana conferencia episcopal.
De hecho, la celebración local de la canonización de Romero incluirá un respaldo explícito a la organización Tutela Legal ‘María Julia Hernández’, que promueve la investigación del crimen y el procesamiento de sus autores.
Además, presentarán ante el Juzgado Cuarto de Instrucción una solicitud para agilizar el proceso y emitir una orden de captura contra el excapitán Álvaro Saravia, único señalado por la Justicia.
Pese a la abundante evidencia, el partido Arena niega la responsabilidad del ‘Mayor’ D’Aubuisson, en un intento de distanciarse que desató, por lo burdo, una ola de indignación en la sociedad salvadoreña.
El padre Juan Vicente Chopin, otro investigador del caso, confirmó que el asesinato del beato fue ordenado por una oligarquía a la que el arzobispo le resultaba incómodo, y fue planificado y ejecutado por D’Aubuisson.
‘No podemos negar expedientes sustentados por organismos internacionales e investigaciones locales que señalan a D’Aubuisson: esto no es una opinión, es un hecho científico’, señaló el académico.
Chopin criticó, además, a la fórmula presidencial de Arena, Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo, que intentan negar el legado de Romero para lavar la imagen de su partido, largamente asociado a los escuadrones de la muerte.