A dos semanas de su estreno, la película interactiva de Black Mirror sigue dando de qué hablar y qué pensar al respecto de este formato de películas. El medio GQ se detuvo a analizar el fenómeno y todo lo que Netflix puede hacer con nuestras elecciones.
¿Venderá Netflix la información de nuestras decisiones a otras empresas? Los usos más probables de estos datos son otros: perfilar aún mejor los formatos que pueden tener éxito entre diferentes audiencias.
El periodista Victor González analiza al respecto:
¿Eres fan de ‘Westworld’? ¿Recuerdas ese momento en que descubrimos que el verdadero valor del parque temático poblado por los robots no es el entretenimiento que genera, sino la información que guarda de aquellos que lo visitan? Podemos decir que Netflix es algo así. Está claro que la plataforma es responsable de muchas grandes series y películas de los últimos años, pero su base de datos es clave para conocer a sus audiencias y darles lo que de verdad quieren ver. Su última estrategia al respecto forma parte de ‘Black Mirror’, que convierte en fenómeno todo lo que toca.
Tras su fichaje por la compañía estadounidense, la serie británica disparó su habilidad para crear conversación social y viral. Con ‘Bandersnatch’, la película que estrenó (casi) por sorpresa el pasado 28 de diciembre, Netflix y ‘Black Mirror’ ponen en práctica un formato poco habitual: la narración de Elige tu propia aventura, con diferentes finales condicionados por las decisiones que toma el propio espectador.
No es la primera vez que la plataforma apuesta por un contenido similar (lo hizo antes en las infantiles ‘Buddy Thunderstruck’ y ‘El gato con botas’), pero con su título de ciencia ficción ha logrado que todos le demos al play. Y ha generado unas teorías conspiranoicas al nivel de la serie.
De nuevo, Netflix ha causado más polémica por lo que rodea a sus series y películas que por sus series y películas en sí. Seguro que has leído artículos, comentarios o hilos de Twitter un tanto apocalípticos que afirman que ‘Bandersnatch’ es una estrategia de la compañía estadounidense para guardar nuestros datos sobre decisiones narrativas y comerciales, para vendérselos luego a las marcas.
Y lo cierto es que, aunque estas tesis no van del todo desencaminadas (algunas puntualizaciones haremos más adelante), poco hay que entender de Netflix para desconocer que la información que conserva sobre nosotros es su gran valor. Y no hablamos solo del sistema de recomendaciones que nos sugiere títulos según nuestros gustos, y que supuso uno de sus grandes valores en sus comienzos en el streaming. Netflix también usa tus datos para saber qué ingredientes funcionan en sus series y películas (recordemos que ‘House of Cards’ nació porque a los usuarios les encantaban David Fincher y Kevin Spacey), y para crear una interfaz personalizada e intuitiva que te mantenga conectado al servicio durante el mayor tiempo posible (tardamos alrededor de 1,8 segundos en decidir qué producción ver, y 90 en cansarnos de buscar entre todas las que ofrece).
La película interactiva de la serie reduce la posibilidad de elección de los usuarios a dos itinerarios diferentes en diferentes momentos del relato, y eso facilita el trabajo de Netflix. Si antes se guiaba por tus gustos y tus hábitos de visionado, ahora eres tú quien le dice qué cereales elegirías para desayunar o qué música te pondrías en el trayecto de autobús.
Y no solo eso: también qué decisión vital tomarías en un escenario de tensión insoportable. El primer uso que podemos encontrarle a esto es narrativo, ya que asocias tu perfil a unas preferencias.
Si decides que el protagonista de ‘Bandersnatch’ salte por una ventana, Netflix sabe qué tipo de reacción buscas en el protagonista de una narración, y eso puede ayudar a otra ficción que ahora mismo se esté produciendo a triunfar, a que los espectadores se enganchen a ella.
Además, tú decides qué marcas y productos aparecen en la serie o película, y qué banda sonora te apetece que suene. Este especial de ‘Black Mirror’ es un ejemplo de implicaciones reducidas, pero si este tipo de formatos se pusieran de moda, los ejecutivos de Netflix serían capaces no solo de predecir cuál es la serie perfecta para ti, sino de cambiar ciertos aspectos de ella en función de cada espectador.