Surgen nuevos hallazgos en Joya de Cerén

Los hallazgos son fruto de las excavaciones en el marco del proyecto Construcción de Obras del Parque Arqueológico Joya de Cerén.

Una estructura, seis vasijas de cerámica con semillas carbonizadas, tres mazorcas de maíz, una olla, abundante obsidiana y huesos de animales fueron descubiertos en los últimos meses, en el Parque Arqueológico Joya de Cerén, informó esta semana la Dirección de Arqueología del Ministerio de Cultura.

Los hallazgos son fruto de las excavaciones que se realizan en el marco del proyecto Construcción de Obras de Protección y Mejoramiento del Parque Arqueológico Joya de Cerén por un monto de US$1 340 000.00, el cual fue presentado en septiembre de 2018,  por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural. El financiamiento proviene del Comité Bilateral de Canje de Deuda Franco-Salvadoreño, que aportó US$900 000.00, y del Gobierno de El Salvador, que aprobó US$440 000.00, explicó el director de Arqueología, Hugo Díaz.

Sobre los descubrimientos, la arqueóloga Michelle Toledo dijo: “En diciembre pasado, se confirmó la sospecha de una nueva estructura en la zona sur del Complejo 1, la cual ha sido denominada como Estructura 19, y que la edificación, que podría ser una bodega, fue descubierta en el área donde se colocarán las zapatas de las columnas de los techos nuevos que se instalarán”.

Arqueóloga Toledo muestra parte de los hallazgos.En el Complejo 1 fueron descubiertas también las vasijas con semillas carbonizadas, varias piezas de obsidiana, y un depósito de desechos cerámicos y orgánicos, entre los que se encuentran fragmentos de huesos de venado, mapache y cánidos, que podrían ser de coyote o de perro. “Los huesos presentan calcificaciones que nos indican que el animal sufrió de artritis, por lo que es seguro que era un animal doméstico, porque con esa enfermedad no hubiera sobrevivido en vida silvestre”, afirmó Toledo, quien dirige los trabajos de excavación.

En el mismo Complejo 1, se ha identificado la remoción de suelos para nivelación. “Siempre se ha pensado que Joya de Cerén estaba en colinas, pero no es así. Hicieron nivelaciones para construir la aldea y para la irrigación de cultivos”, dijo la arqueóloga.

Bajo suelo cultural, es decir, donde caminaron por última vez los habitantes de Joya de Cerén, se ha identificado una ocupación previa que sugiere que la aldea permaneció en ese lugar por un periodo prolongado después de la erupción del lago de Ilopango (535 d. C.). Bajo la Tierra Blanca Joven (TBJ) —como es denominada la ceniza que expulsó el Ilopango—, se encontraron fragmentos de cerámica tipo Usulután, la cual corresponde al periodo Preclásico tardío, entre el 400 a. C. al 300 d. C.

Otra de las zonas donde se realizaron hallazgos fue en el Complejo 2, en el que se descubrió una vasija completa. Se trata de una olla de coloración rojiza, que correspondería a la ocupación del periodo Posclásico (900-1524 d. C.).

Equipo que trabaja en las excavaciones.

 
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