Silas Malafaia, el pastor evangélico a la sombra de Bolsonaro

El pastor Silas Malafaia, líder de la Asamblea de Dios Victoria en Cristo, es uno de los líderes evangélicos más conocidos de Brasil, además de un fiel amigo y consejero de Jair Bolsonaro, crucial para que el electorado religioso más conservador abrazara la candidatura del ultraderechista en las pasadas elecciones.

Malafaia dijo que conoció en 2006 al entonces diputado Bolsonaro, cuando coincidían en el Congreso en audiencias sobre temas que les son de mutuo interés, como la defensa de la familia tradicional y la lucha contra el matrimonio homosexual o el aborto.

Poco a poco surgió una amistad, desde la iglesia central de su comunidad, en la zona norte de Río de Janeiro.

La ahora primera dama Michelle Bolsonaro empezó a frecuentar la iglesia de Malafaia y al final el pastor casó a la pareja en 2013, en una ceremonia en Río de Janeiro.

Fue precisamente en ese momento cuando el pastor supo por primera vez de las ambiciones políticas del ahora presidente.

«Mientras estábamos esperando a que llegara la novia me dijo: «Malafaia, voy a ser candidato a presidente», yo me di la vuelta y pensé ¿qué? Este tío está loco (…) Bolsonaro es muy determinado, sabe lo que quiere», recordó.

Según Malafaia, la aproximación entre Bolsonaro, que era católico, y los evangélicos se dio de forma «natural» porque coinciden en la misma agenda conservadora.

«No le hizo falta cambiar el discurso, como Dilma y Lula, que intentaron agradar a los evangélicos», dijo el pastor en referencia a los expresidentes Dilma Rousseff (2011-2016) y Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), del izquierdista Partido de los Trabajadores.

En 2016, Bolsonaro fue bautizado como evangélico en las aguas del río Jordán, en Israel, país que ahora juega un papel central en su política externa.

Sus gestos hacia los electores neopentecostales son innumerables: desde apariciones continuas junto a la Biblia en sus retransmisiones en las redes sociales hasta el lema de campaña: «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos».

Bolsonaro tiene dificultades para formar una base sólida de apoyo para gobernar y de su popularidad se está erosionando más rápido de lo previsto.

Pero Malafaia cree que Bolsonaro está cumpliendo al pie de la letra lo prometido.

«Hasta ahora todos los presidentes hicieron acuerdos dando cargos y ministerios, lo que generó esa cultura de la corrupción (…) Bolsonaro acabó con eso y todo cambio genera una crisis (…) ahora está aprendiendo», dijo.

Los evangélicos crecieron exponencialmente en los últimos años; según el último censo oficial de 2010, eran el 22% de la población, pero estimaciones del año pasado del instituto Datafolha, indica que llegarían a 34% de la población, unos 70 millones de personas.

En ese segmento, el apoyo a Bolsonaro fue mayoritario, pues el 70% votaron por él, según Datafolha, y hoy constituye una de sus principales bases de apoyo.

Malafaia explica parte del porqué: los videos que él y otros pastores cuelgan en YouTube defendiendo al presidente y cargando contra la izquierda conquistan una audiencia más que considerable.

«¿Por qué Bolsonaro no cae en los sondeos? Diez tipos que apoyan a Bolsonaro, yo incluido, tienen más de 80 millones de seguidores en las redes sociales; cada aparato de estos es una redacción de un periódico, una emisora de televisión (…) Ustedes (los periodistas) hablan en el periódico y nosotros aquí deshacemos lo que dicen a una velocidad espantosa», confesó.

En una de sus últimas apariciones junto al presidente, Malafaia rezó junto a las otras dos máximas autoridades del país, el presidente del Senado, Davi Alcolumbre, y el presidente del Supremo Tribunal Federal, José Antonio Dias Toffoli.

El acto religioso tuvo lugar durante un encuentro del Consejo Interdenominacional de Ministros Evangélicos de Brasil (CIMEB), que reúne a 8.000 pastores y del que Malafaia es vicepresidente.

La imagen de la cúpula del Estado reunida en un acto de pastores ilustró algo que Malafaia expone abiertamente: los evangélicos están bien representados en el Gobierno y en el Congreso, donde cuentan con 91 parlamentarios.

El próximo reto es «conquistar» el Poder Judicial, colocando al menos un magistrado evangélico entre los 11 que componen el Supremo Tribunal Federal.

Bolsonaro se ha mostrado a favor de la idea en varias ocasiones; la última, un día después de que esa corte decidiera por amplia mayoría criminalizar la homofobia, algo que para el presidente y su amigo Malafaia es un completo despropósito porque invade las competencias del Congreso.

 

Si te gustó, compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial