Para alcanzar los objetivos y metas que te propones en la vida es necesario mantener de forma paralela la voluntad y la constancia. La voluntad es el motor que te impulsa a realizar o no algo y junto a ella está la constancia, que hace que los objetivos sean constantes y duraderos.
La imprescindible perseverancia
Esto es sinónimo de constancia y esfuerzo: si no obtienes lo que buscas la primera vez, vuelve a intentarlo. Esto constituye el principio fundamental sobre el que una persona consigue ser exitosa en la vida.
No significa agotarse insistiendo en las mismas formas, sino reconocer las fallas de nuestro esfuerzo e insistir de otra manera, hasta que uno aprenda a hacerlo correctamente. Cuando observamos a una persona exitosa reconocemos el fruto de innumerables horas de trabajo y dedicación.
Pensamiento, sentimiento y acción
La voluntad se cultiva y se nutre con las ideas positivas. El primer paso está en la elección de nuestros pensamientos; el segundo está en el sentimiento, que se une al anterior; y el tercero es la acción. Juntos forman los tres pilares fundamentales utilizados en la voluntad y la constancia, que nos dan como resultado el lograr nuestros objetivos.
Claves para lograr lo que perseguimos:
-Tener bien claro el objetivo que queremos.
-Mantener una visión positiva, lo negativo retrasa nuestro objetivo, lo aleja.
-El fracaso debe servir de enseñanza.
-Tener siempre presente un referente.
-No abandonar el proceso, ser constante.
-Interiormente tener las ideas bien claras, para que el exterior no nos afecte.
-Tener unidos siempre los tres pilares: pensamiento, sentimiento y acción.