(Por: Francisco Parada Walsh)
El experimento de la cárcel de Stanford es un conocido estudio psicológico acerca de la influencia de un ambiente extremo, la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre, dependiente de los roles sociales que desarrollaban (cautivo, guardia). Zimbardo estableció varias condiciones específicas que esperaba que provocaran la desorientación, la despersonalización y la desindividualización.
Los juegos de roles o juegos de poder detallan la facilidad para manipular determinada conducta, desde la máxima agresividad con consecuencias fatales hasta la sumisión grupal. Pareciera que este experimento se realizó en territorio salvadoreño donde, el ego y la obediencia irracional dictan las normas más elementales de convivencia.
¿Cuándo se despersonalizó El Salvador?:
Quizá nunca tuvimos una personalidad definida como nación y como tal ha sido fácil convertir al país en una cárcel donde los estímulos provocados por los guardias (estado) deciden casi en su totalidad la vida del ciudadano (Cautivo).
Somos una sociedad altamente confrontativa, ya que desde siglos vivimos en un estado de alerta máxima sea por conflictos armados donde nuevamente el guardia (estado) somete al cautivo (pueblo) o llegamos a matar al vecino (recluso-recluso) por un parqueo; en apariencia le damos vuelta a la página pero la despersonalización como sociedad es mayor, el sometimiento es el gozo de muchos y aun, el dolor de algunos es el placer de otros. El experimento de Pavlov y sus perros salivando logró desarrollar el condicionamiento clásico y a la fecha nada ha cambiado. Tenemos guardias y prisioneros, tenemos científicos y perros y cada vez la sumisión es mayor. Pareciera que los poderes del estado son soberanamente independientes pero no, recientemente una Asamblea Legislativa aprobó sin siquiera cuestionar la reorientación de un préstamo, resulta que ahora a los diputados les importa la seguridad del pueblo salvadoreño.
Pero ¡Por Dios! ¿Cuándo les ha preocupado la seguridad del ciudadano?:
NUNCA, hoy queda demostrado que el condicionamiento aprendido se mantiene y con una aprobación en su totalidad se espera que el votante se acuerde de ellos en las elecciones del 2021, ¡Qué pérdida de tiempo y de honor!, serán borrados de un plumazo por un pueblo cansado de las pésimas acciones realizadas por ustedes; le han sacado la lengua al pueblo, se han burlado de un pueblo que pedía acciones concretas pero no, hoy resulta que redimirse levantando la mano sin criterio propio los hará dignos de una curul, nada más alejado de sus tristes realidades porque si la justicia se lavara la cara y se quitara la modorra eterna, muchos diputados serían cómplices por omisión de tantos asesinatos; no vayamos lejos.
¿Quiénes son los propietarios de las compañías de seguridad privada?:
Ustedes y el pueblo lo saben, dejaron crecer un problema social por simples y personales ambiciones.
¿Quiénes se han lucrado del dolor ajeno?:
Ustedes y ese pueblo a ratos crapuloso lo saben por lo que no se puede asumir ignorancia supina. Los partidos mayoritarios están a pasos de desaparecer.
¿Quiénes son los culpables de su auto extinción?:
Ellos mismos, llevaron la perversidad a límites inimaginables y pareciera que los experimentos de Pavlov y Zimbardo determinaran su conducta pero no, esos dos científicos se quedan cortos ante su infinita torpeza y maldad.
Solo alguien iluso creerá en ustedes y si el partido gobernante llega a tener un control total de la Asamblea Legislativa serán ustedes los culpables de esa hecatombe que sufrirá El Salvador. Se necesita nuevos y decididos liderazgos; será el partido partido que reformule el sistema de pensiones quien quizá, quizá pueda dar batalla a un líder virtual.
