(Por: René Hurtado)
El pueblo católico salvadoreño y las fiestas agostinas en el año de 1777, San Salvador era un pueblecito clásico que tenía una plaza un parque, enfrente la iglesia y a un lado la Alcaldía Municipal. Las calles empedradas y las carretas haladas por bueyes era el paisaje diario.
Los capitalinos con chancletas traje de manta blanco su sombrero y su machete y los comerciantes halando los burros cargados de mercadería, era el mismo sol, mismo viento y la misma luna. Era el San Salvador romántico con pocos habitantes y no había delincuencia, maras ni televisión y también no había «chupaderos».
En ese año 1777 existía un personaje muy querido por los capitalinos el maestro Silvestre García era el salvadoreño cachimbón pintor y decorador y también muy católico, además muy creyente con las costumbres españolas y por eso pintó y esculpió la imagen de El Salvador del Mundo que ahora desde hace 242 años venera el pueblo salvadoreño y especialmente el capitalino por ser el santo patrón de las fiestas agostinas, que tiene su mayor solemnidad el 6 de agosto cuando según las santas escrituras Jesús sube al monte tabor y ocurre la transfiguración y los apóstoles ven a Jesús acompañados de los Profetas Elías y Moisés.
El fallecido arzobispo de San Salvador Monseñor Arturo Rivera y Damas en una de sus misas dominicales nos dejó detallado por qué se llama la capital San Salvador:
«Su nombre desde el punto de vista de nuestra fe, es el más grande que existe ya que según las escrituras no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres que realice su salvación que el nombre de Cristo Jesús Salvador de los hombres como nombre geográfico. Hay varias opiniones según los historiadores fue a Rosy Velázquez es de origen Guerrero se debió a la batalla en la que los conquistadores vencieron a nuestros antepasados pipiles el 6 de agosto de 1526 fiesta de la transfiguración al bautizar la villa con el nombre de San Salvador sellaban las bases de la reconciliación de los dos pueblos en uno.
«Así surge este pueblo Moreno de recio mestizaje y de matriz católica pero esta opinión no es firme, pues hay documentos anteriores que mencionan la villa de San Salvador en 1525 el año anterior esos documentos son las actas del Cabildo de Guatemala».
En la actualidad «el divino Salvador del mundo» es llevado en una carroza cuyos adornos representan la realidad actual del país y lleva siempre un mensaje al pueblo católico y precisamente el pueblo espera ansioso la bajada del Señor o el «colocho» como cariñosamente le dicen los capitalinos.
Por eso se recuerda el maestro Silvestre porque gracias a él, los capitalinos establecieron esta fecha para las fiestas patronales de San Salvador ya que en ese año también se construyó la iglesia parroquial y en ella también se hizo un gran volcán y arriba lo sigue esplendorosa la imagen del «divino Salvador del mundo».
El recordado monseñor Arturo Rivera y Damas en su último mensaje nos dejó explicado estas celebraciones:
«Los momentos más fecundos de esa gracia son la Novena, “la bajada» y la cita eucarística que estamos teniendo en este momento bajo el cielo de Cuscatlán en el corazón de la vieja ciudad, y junto a la Iglesia Madre de todas las iglesias del país, aquí nos vamos a nutrir de la doble mesa, la mesa de la palabra y la mesa de la eucaristía.
«Todos los años oímos la misma primera y segunda lectura cambia accidentalmente el evangelio de la transfiguración, según la versión de cada sinóptico de acuerdo al ciclo que está en vigor, hoy ciclo B tenemos la versión de San Marcos la primera lectura es la visión de Daniel sobre el hijo del hombre, el profeta vio bajar del cielo en figura de hombre y presentarse al anciano venerable que estaba sentado en un sitial esplendoroso rodeado de miríadas de espíritus celestes, pues estaban a sus órdenes, el anciano de blancas vestiduras lo acoge benigno y lo exalta dándole poder honor y reino y todos los pueblos le rinden pleitesía y su reino no tendrá fin».
Desde siglo 16 los salvadoreños ya fallecidos y los ahora en vida, disfrutaron y disfrutan las fiestas agostinas, pero lo más importante en esta fecha es cuando los capitalinos en su mayoría católicos, asisten a la «bajada del Señor». Esta imagen que fue donada por el emperador Carlos V que quiso representar al Señor en el momento de su transfiguración en el «Monte Tabor» y ésta ha sido manufacturada por los españoles en el siglo 16.
Esta imagen del Salvador del Mundo sustituyó a otra que fue fabricada por el escultor salvadoreño Don Silvestre García que inició precisamente las famosas «bajadas» que consiste en que la imagen del Salvador del Mundo recorre en una carroza las calles de San Salvador, y al llegar a un punto escogido, la imagen es bajada ante la mirada de todos para que a los pocos minutos suba nuevamente, pero cambiado en sus ropas, generalmente todo de blanco recogiendo la parte de La Biblia cuando Jesús se transfigura de lo Humano a lo Divino y ahí es donde el pueblo aplaude.
Bueno, empiezan las vacaciones de agosto y todos los capitalinos se preparan para salir a la playa, el campo y visitar a sus familiares, pero no se olvidan de los actos que ha preparado la Iglesia Católica, también van a visitar el campo de la feria donde se olvidan las penas, las deudas, el trabajo y de los políticos.
¡Felices vacaciones San Salvador!
¡Bienvenidos los viejos y las viejas de agosto!