Colombia: movilización ciudadana sin precedentes

Colombia se prepara para el mayor paro nacional de los últimos 42 años que será acompañado de movilizaciones masivas contra medidas económicas impopulares, como reducciones salariales y reforma del sistema de pensiones, y para protestar por los asesinatos selectivos y operaciones militares contra civiles.

«No solo es un paro, no solo es una manifestación, es la indignación colectiva, es un sentir de insatisfacción social masivo. Mañana seremos Colombia, unidos. Nos vemos en la calle en paz pero con fuerza», convocó la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, una de las organizaciones que encabezan la movilización.

La Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior también llamó a manifestarse «en el Gran Paro Nacional contra el paquetazo (fiasco) de (el presidente Iván) Duque, el incumplimiento de los acuerdos (de paz), por el desmonte del escuadrón de la muerte Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía), la defensa de la vida y garantías reales para la movilización».

El paro fue anunciado semanas atrás como parte de una serie de protestas que comenzaron el 17 de octubre y que tendría su punto culminante con otra manifestación el 10 de diciembre.

Pero el Gobierno y algunos medios compararon la movilización de Colombia con las protestas recientes en Ecuador y Chile, que incluyeron incidentes violentos y represión, generando un clima de tensión ante una movilización ciudadana.

«Hay que aprovisionarse bien porque no sabemos qué puede pasar mañana, imagínese que terminemos igual o peor que lo que se vio en Chile y Ecuador», dijo una habitante de Bogotá, Beatriz Sinisterra, que salió a comprar alimentos de primera necesidad.

El Gobierno otorgó facultades extraordinarias a gobernadores y alcaldes para que ordenen toque de queda en caso de violencia y prohíban el porte de armas y el consumo de bebidas alcohólicas.

Además, las autoridades ordenaron cerrar las fronteras desde las 00:00 hora local (05.00 GMT) del miércoles y hasta las 05:00 horas (10:00 GMT) de este viernes.

Las fuerzas armadas están desde el lunes en acuartelamiento de primer grado (máxima alerta) por orden del comandante Luis Fernando Navarro, mientras que la policía de Bogotá recibe «acompañamiento» de soldados desplegados en el centro histórico de la ciudad, cerca de dependencias estatales.

El Gobierno ordenó inclusive allanar medios de comunicación independientes, un centro artístico y sedes de las fuerzas políticas de izquierda Unión Patriótica y Partido Comunista Colombiano.

«En una casa artística allanada en Bogotá la policía no encontró nada pero sí destruyó el lugar para impedir su funcionamiento», denunció en Twitter el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

La movilización incluye un rechazo expreso a propuestas formuladas por los empresarios para reducir a 75% de su valor actual el salario mínimo para los trabajadores jóvenes y aumentar la edad de jubilación, fijada hoy en 57 años para las mujeres y en 62 para los hombres.

El Gobierno ha intentado deslindarse de tales medidas.

«Esa no es una propuesta del Gobierno y el presidente Duque la rechazó. El Gobierno no ha presentado una reforma laboral. Cualquier iniciativa se discutirá con trabajadores y empleadores», dijo la Presidencia de Colombia en su página web.

Hay asimismo reclamos por incumplimientos del Gobierno de compromisos asumidos para mejorar la dotación presupuestal de las universidades públicas y acuerdos con los pueblos indígenas.

El paro y las movilizaciones son también en repudio a los recientes asesinatos de civiles por parte de miembros del ejército, en particular la muerte de al menos ocho menores de 12 a 17 años en un bombardeo militar contra un campamento guerrillero, así como una campaña de crímenes contra líderes sociales, campesinos e indígenas.

Desde el paro cívico nacional de 14 de septiembre de 1977 no se registra en Colombia una paralización de las dimensiones que se prevé tendrá la de este jueves.

Aquel día, centrales sindicales convocaron una huelga contra la carestía, el desempleo y la negativa del entonces Gobierno de Alfonso López Michelsen (1974-1978) a negociar condiciones laborales.

La movilización estuvo marcada por varios incidentes violentos y represión que dejaron al menos 30 muertes en Bogotá.

 

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