Año con año en cada rincón en el que se celebre hay esta connotación de renovación, de una nueva oportunidad de empezar a hacer las cosa bien.
Por: Miguel Saavedra
Dijo Benedetti:
“No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada dia es un comienzo.”
Porque en cada año nuevo surgen las esperanzas, esa es la razón que este tiempo se vuelve propicio para los anhelados propósitos de Año Nuevo, esperanza de que la gente sepa que puede cambiar la realidad que hoy nos gobierna, y darse cuenta de que no está escrita en piedra y que con una decisión es más que suficiente para quebrar la inercia con la que nuestras vidas se deslizan por el tiempo. “El ímpetu con que deseamos cambiar y agregar un ángulo de 90 grados a esa línea recta que llamamos destino, para ir a otro lado, para conocer nuevas cosas, para experimentar lo desconocido”, escribe la cibernauta Blanka Alfaro.
Cada fin de año, como estamos acostumbrados, escuchamos por aquí y por allá las mismas frases una y otra vez, no importa en qué parte del mundo estemos, año con año en cada rincón en el que se celebre hay esta connotación de renovación, de una nueva oportunidad de empezar a hacer las cosa bien, en donde podemos hacer borrón y cuenta nueva.
Por lo general se escucha “¡este año me pondré a dieta!”, “ahora sí ¡el gimnasio será lo mío!”, “¡este año comenzaré a ahorrar!”, “¡me compraré el auto que tanto quiero!”, entre muchas otras gastadas pero esperanzadoras frases que inundan los últimos días del año tratando de reiniciar nuestro sistema que a lo largo de 365 días se ha venido resquebrajando con la inexorable realidad del día a día de nuestra vida. Si algo tenemos los humanos es la necesidad de movilidad y la esperanza, es querer que lo imposible se haga posible, es querer ver ese cambio por el que luchamos día a día, por más lejano que parezca; y entonces ¿por qué mencionar las casi siempre tan fallidas promesas de Año Nuevo?
Este año que comienza es una oportunidad nueva para no ser especiales y poder cambiar el mundo, este año 2020 tengo la esperanza de que mucha gente común como yo se una a cambiar la vida de todos aquellos que hoy sufren opresión de diversos tipos y pobreza a multinivel, mi propósito de Año Nuevo es no perder la esperanza. En El Salvador, en el Continente y en el mundo se vive en una verdadera encrucijada, y el tiempo de encrucijada requiere verdad, huyes o afrontas. Para seguir adelante se necesita esperanza.