Por: Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Temor, mucho temor infunde este Gobierno: temor por el coronavirus y temor a la disidencia contra el Gobierno. Caracteriza al autoritarismo, el temor y la despersonalización del individuo, es su consecuencia.
Al negarse el Presidente, a cumplir las resoluciones de la Sala de lo Constitucional, se despersonaliza a las víctimas, objeto de la tutela de la Sala, pues el Gobierno se limita a expresar, que son más de dos mil personas apresadas, de quienes, el Órgano Judicial desconoce sus nombres, no pudiéndose, por lo tanto, individualizar sus derechos violados y deducir responsabilidades directas, solicitando la intervención de la Fiscalía General de la República. La presente situación de violación de Derechos individuales, de forma generalizada y anónima en sus víctimas, es lo que ampara la Justicia Universal y la Justicia Transicional.
La negativa del Gobierno, de establecer los listados de personas en el exterior, que desean ser repatriados, equivale a negar individualmente su ciudadanía y, su calidad de persona cuyos Derechos Humanos han sido violados y, hacerles acreedores de un estatus especial, por el Derecho Internacional Humanitario, que les permita retornar al país, por una condición humanitaria. La campaña de miedo al coronavirus los ha estigmatizado en El Salvador y el Gobierno les utiliza en sus fines políticos.
Aquellas personas que son de opinión disidente del Gobierno, están siendo amenazadas por quienes dicen ejercerán fuerza, por vía de las armas, para defender al régimen, amenazando asesinar a la oposición. Esta situación de amenaza, pone al Estado de El Salvador como autocrático y que puede, a corto plazo, degenerar en una tiranía.
La autocracia implica que, las instituciones existentes, no puedan ejercer su función constitucional y que, el orden jurídico, dependa de un autócrata. Esta situación, se da cuando el Órgano Ejecutivo gobierna por medio de decretos, que impone por sobre las leyes y sentencias, e interpretando a su capricho, la Constitución.
Los grupos de troles que han manifestado ejercer fuerza, contra los opositores (asesinarlos) equivalen a la SS y la Gestapo de Hitler o los Tomtom Macute de François Duvalier.
Los términos empleados por los troles y activistas oficialistas, son “Poder Popular” y “Seguridad alimentaria”.
La seguridad alimentaria, es entendida por el presente gobierno, como la economía estatal dirigida a las necesidades nacionales, que da al final expropiaciones. Explican los ataques a la producción en El Salvador y la nebulosidad de los planes económicos gubernamentales. Esta situación nos llevará a condiciones similares a las que justificaron la expropiación de la banca en los años 80´s.
Todas estas señales están unidas al temor al coronavirus y, su desarrollo o ejecución depende del avance en sus planes, de control absoluto del Gobierno, para al final, ejercer fuerza, mediante sus grupos de choque, pero serán ejecutados por grupos especiales de la OIE, ya formados ad hoc, y sus acciones serán encubiertas por “el clamor popular”.
El caos jurídico y de salud, desatado por el Ejecutivo, son una forma de distracción, para sus intenciones encubiertas, de crear un Estado autoritario y dictatorial. El éxito de su idea dependerá de la resistencia de la oposición, que se ve desarticulada por el endurecimiento de las medidas de control sanitario presentes y, por sus maniobras de distracción.