El ministro de Salud Francisco Alabí, dijo esta semana, que en este momento El Salvador está en el mayor punto de evolución de casos de COVID-19 y señaló que ante el crecimiento de la enfermedad no hay ninguna evidencia científica que respalde la reapertura de las actividades.
En ese sentido, opina que no es el momento para abrir las actividades económicas. “No se puede pensar de alguna manera en la exposición de los salvadoreños, llámese apertura económica, llámese de todo, si no hemos salido de la fase de crecimiento de la enfermedad, luego del crecimiento de la enfermedad se han desarrollado diferentes sistemas híbridos, sistemas de apertura, sistemas de estabilización de los países, pero esto se logra hasta que se alcanza la mayor transmisión y la mayor curva”, explicó el funcionario.
Por otra parte, la comisionada presidencial Carolina Recinos, dijo que no se puede precisar una fecha para abrir la economía. Asegura que el tema se ha discutido con todos los sectores, especialmente con el Ministerio de Salud.
“El presidente no puede dar una fecha, sin embargo si tenemos protocolos, si tenemos una perspectiva de futuro, porque los primeros que queremos abrir somos los del Gobierno. El Gobierno no está interesado en tener confinada a la gente, ni tener una cuarentena interminable”, dijo Recinos y agregó que “el presidente no puede decir ‘vamos a abrir en tal fecha’ porque eso depende del nivel de contagio”.
Pese a que en varios puntos del país los salvadoreños han sacado banderas blancas por la falta de alimentos, los funcionarios respaldan la declaración del presidente, durante la cadena nacional, de que no es posible abrir la actividad económica.
La propuesta de abrir la economía es de la empresa privada y de sectores de la sociedad civil que consideran que el efecto negativo para las empresas será mayor y la escasez de alimentos aumentará.
Ante esta panorama, especialistas han expresado que un plan por parte del Ejecutivo daría tranquilidad a la población, sobre todo a aquéllos sectores informales que viven del día a día. Sobretodo, entender que debemos continuar en cuarentena sería más fácil, si a esto se unieran otras políticas que permitieran que los sectores más desfavorecidos cuenten con lo básico para sobrevivir tanto al coronavirus, como al hambre.
