Dieta cetogénica ¿Es tan efectiva como la pintan?

Por: Mar Aguilar/

La dieta cetogénica se caracteriza por ser muy baja en carbohidratos, entre 20 g y 50 g al día. Menos del 10% de la energía que consumimos a diario procedería de ellos, cuando en condiciones normales representan al menos el 50% de nuestra alimentación.

“Por lo general, la dieta cetogénica incluye muchas carnes, huevos, carnes procesadas, salchichas, quesos, pescado, nueces, mantequilla, aceites, semillas y vegetales fibrosos”, dice Pablo Ojeda, dietista especializado en TCA y obesidad.

Un estudio realizado se vio el efecto que tenía una dieta cetogénica muy estricta en un grupo de ratones. El régimen alimenticio consistía en un 99% de grasa y un 1% de carbohidratos.

Lo que se observó es que, al principio de seguir esta dieta, se reducía el riesgo de diabetes y la inflamación y mejoraba su metabolismo. Después de una semana, los ratones mostraban una reducción en los niveles de azúcar en la sangre y la inflamación. Sin embargo, lo que encontraron los investigadores fue que cuando el cuerpo está en este modo de ingerir un 99% de grasa y un 1% de carbohidratos, además de producirse una descomposición de la grasa, también tiene lugar un almacenamiento de esta. Cuando los ratones continuaron con la dieta alta en grasa y baja en carbohidratos más allá de una semana, consumieron más grasa de la que podían quemar, y desarrollaban diabetes y obesidad.

La tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista, Beatriz Robles, apunta a que estudios como este, basados en animales y no en humanos, no pueden emplearse para hacer recomendaciones a la población. Pueden servir como punto de partida, pero hasta ahí. En su opinión, la calidad de la evidencia de este estudio es muy baja.

“Una de las principales críticas de esta dieta es que muchas personas tienden a comer demasiadas proteínas y grasas de baja calidad de los alimentos procesados, con muy pocas frutas y verduras. Los pacientes con enfermedad renal deben ser cautelosos porque esta dieta podría empeorar su condición. Además, algunos pacientes pueden sentirse un poco cansados al principio, mientras que otros pueden tener mal aliento, náuseas, vómitos, estreñimiento y problemas para dormir”, dice Pablo Ojeda.

Robles, por su parte, apunta a la falta de fibra que generalmente se produce si se sigue una dieta cetogénica. Además “todos los compuestos que tienen alguna actividad fisiológica y proceden de alimentos como las frutas y las legumbres, no lo vamos a obtener”, apunta. Un ejemplo serían los antioxidantes, presentes en frutas.

Dos de las bondades que se atribuyen a la dieta cetogénica son la pérdida de peso y la reducción del riesgo cardiovascular. Para Beatriz Robles no existen diferencias significativas entre adoptar esta dieta u otra enfocada a los mismos objetivos, es decir, que si se consiguiera seguir una dieta cetogénica durante un año, algo bastante complicado debido a que a su enorme restricción de hidratos de carbono hace que la mayoría de personas la abandone, el peso perdido sería similar.

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