Todo el mundo tiene lunares, que como las constelaciones, pueden estar dispersos en el cuerpo en grupos o solitarios. Aparecen, cambian y desaparecen con la edad. En algunos casos, los lunares pueden transformarse en melanomas, es decir, en un tumor maligno.
Los lunares o nevus son manchas pigmentadas que consisten en grupos de melanocitos, es decir, células que contienen el pigmento melanina. Pueden ser de diferentes formas y colores. No se sabe con certeza de dónde proviene la célula névica. Tampoco hay consenso sobre la cantidad de lunares sin riesgos. Se considera que una persona con más de 100 lunares está en riesgo.
Sin embargo, en el 80% de los casos, el melanoma se produce de forma espontánea, declaró Konstantín Titov, vicepresidente de la Academia Nacional de Dermatólogos y Oncólogos de Rusia.
«La conexión no es tan directa y absoluta. El 80% ocurre espontáneamente, en la piel limpia, pero en la zona que se quemó anteriormente. Y el 20% de los melanomas se transforman con el trasfondo de los llamados nevos de melanomas peligrosos», explicó.
La aparición de lunares en el cuerpo es un proceso natural para muchas personas. Algunos aparecen espontáneamente en un corto período de tiempo, otros a lo largo de la vida. Por regla general, los lunares son bastante inofensivos en sí mismos. Por lo tanto, si no son incómodos, su color, tamaño o forma no cambia, entonces no se debe tocarlos, afirmó el médico.
«El 90% de la población mundial tiene nevus. La mayoría aparece en la pubertad, en la infancia, durante la vida, pero esto no es una razón para ir inmediatamente al médico. Solo si se nota que alguno de ellos empieza a crecer más activamente, cambiando de color, forma, bordes y hay cambios diferentes de los demás, vale la pena ver a un médico», aseguró.
¿Cómo se identifican los lunares peligrosos?
Los especialistas desarrollaron una regla del ABCDE destinada a examinar uno mismo el cuerpo en busca de lunares extraños o neoplasias. Las letras de la abreviatura indican un examen paso a paso de los lunares en cinco parámetros.
- A es para la asimetría y se refiere a los cambios de la forma de los lados de los lunares.
- B es para la irregularidad en el borde. Por ejemplo, un borde rugoso de los lunares.
- C es para una diferencia color en diferentes partes de los lunares.
- D es para el diámetro, cuando es más de seis mm puede ser un motivo de preocupación.
- E es para evolución. Este parámetro examina los cambios del lunar.
La presencia de dos o más parámetros de esta lista debería ser alarmante, y la causa de una consulta médica. Normalmente el color, el tamaño y la forma del nevus no cambian.
El oncólogo subrayó que bajo ninguna circunstancia se debe intentar eliminar un lunar por sí mismo, ya que tales intentos podrían ser extremadamente peligrosos. Solo un dermatólogo determina qué lunares pueden ser eliminados y de qué manera.
«Para reducir el riesgo de desarrollar un melanoma, es importante evitar las quemaduras de sol, utilizar medios de protección, evitar una larga estancia al sol en verano», recomendó Titov.