Por: YAMILA BERDAYE |
Calificada como un conjunto de procesos biológicos mediante los cuales cada organismo obtiene y transforma los nutrientes contenidos en los alimentos necesarios para subsistir, crecer y reproducirse, la nutrición es una actividad peculiar de todos los seres vivos, en su constante intercambio con el medioambiente.
Considerado un importante indicador de salud, el estado nutricional de la población debe ser preocupación prioritaria de los gobiernos en cada país, y de los organismos internacionales vinculados a la calidad de la vida de las personas. La información al respecto es muy abundante y actualizada.
Sin embargo cuando se trata de la malnutrición, se puede tornar un desafío para los especialistas manejar indicadores y estadísticas acerca de los problemas que en tal sentido afectan a un determinado grupo de personas.
De modo general la Organización Mundial de la Salud la define como la mayor amenaza individual a la salud pública mundial, y se han impartido indicaciones precisas en cuanto a los nutrientes que sirven de guía para conseguir una dieta equilibrada.
Por su origen causal se clasifica en dos grupos: la exógena, por exceso u obesidad, cuando el desequilibrio lleva a un balance nutricional en el cual los aportes de energía y nutrientes son superiores a las necesidades, lo que tiene como causa más común los malos hábitos dietéticos; y la endógena, dependiente de enfermedades que favorecen el almacenamiento de grasas como: hipotiroidismo, diabetes y otras asociadas al encamamiento.
La malnutrición por defecto es un desequilibrio que implica un balance nutricional en el que los aportes son inferiores a las necesidades. La ayuda nutricional comienza a hacerse necesaria cuando la maquinaria biológica pierde la capacidad de abastecerse adecuadamente a sí misma y fluctúa desde el ámbito de los sistemas biológicos celulares hasta la incapacidad socioeconómica para obtener los alimentos.
En las fuentes consultadas también se consigna que los programas de atención a la nutrición, y en particular a los problemas de malnutrición, suelen asumir variadas formas de enfoques y aplicaciones. Naturalmente que son las edades pediátricas las de mayor preocupación. También los especialistas coinciden en la necesidad de plantearse estrategias eficaces para evitar el embarazo en la adolescencia así como su captación tardía, el bajo peso de la gestante y la inadecuada alimentación, entre otros factores.