Los problemas por los que se luchaba en EU son los mismos de hoy: Forest Whitaker

El mundo no necesitaba otro drama mafioso. Mucho menos con la palabra godfather (padrino) en el título. No obstante, The Godfather of Harlem tiene su propia esencia.

Ambientada en el contexto del movimiento por los derechos civiles y la liberación de las mujeres, la serie estadunidense pone delante a los personajes generalmente ignorados por el género.

Forest Whitaker es Bumpy Johnson, gánster de la vida real que regresó de la cárcel para descubrir que su barrio de Harlem había sido tomado por mafiosos italianos. Malcolm X aparece. Muhammad Ali también. Es inquebrantable y disparado, y la actuación es tan perfecta como los trajes.

“Queríamos hacer algo con Bumpy, y luego empezamos a discutir la relación que tuvo con Malcolm X y la colisión entre el inframundo criminal y el movimiento por los derechos civiles. Creo que iba al núcleo de lo que la gente concibe como el sueño americano”, comentó el actor a The Independent.

La estrella ganadora del Óscar por El último rey de Escocia habló sobre la primera temporada del programa, que finalmente se transmite desde el pasado domingo en la plataforma Starz.

Voz suave y soporífera

Whitaker tiene voz suave y soporífera. Es la misma que hemos escuchado en innumerables filmes y que es capaz de transmitir una especie de poder silencioso. Recuerda a la del asesino que habita en el techo de un edificio en Ghost Dog: el camino del samurai, de Jim Jarmusch.

En 1992, fue un soldado británico cautivo cuya novia es transgénero en Juego de lágrimas (The Crying Game) ya había interpretado a dos soldados antes de eso, con pequeños papeles en Pelotón, de Oliver Stone, y Buenos días Vietnam, de Barry Levinson. Recientemente, protagonizó como un mayordomo firme pero reacio a la confrontación de la Casa Blanca en The Butler, y como el arzobispo de paz Desmond Tutu en The Forgiven.

Aunque su ptosis del ojo izquierdo (que parece que se lo cierra) hace que Whitaker sea inmediatamente reconocible, desaparece en cada papel: un actor de carácter con el carisma de una estrella.

Aunque lo que lo atrajo de The Godfather of Harlem fue la oportunidad de utilizar la colisión del inframundo criminal y el movimiento por los derechos civiles de telón de fondo como espejo para la sociedad de hoy, comentó Whitaker.

Tomemos el episodio en el que estalla un motín y los agentes de policía blancos comienzan a golpear a los manifestantes negros. Éramos muy conscientes de los paralelismos que sucedían, afirmó. Queríamos mantenernos fieles al periodo en que se desarrolla la historia, pero también sacar las voces que hablan hoy, porque los temas son los mismos. Muchos de los problemas por los que luchaban en ese momento son los mismos ahora.

Secuencia asombrosa

Hay otra escena asombrosa, cuando Johnson descubre que su hija fue violada por un guardia de seguridad de la tienda.

Habría matado al tipo que te hizo eso, aseguró Johnson, quien pensaba sólo en la venganza. Mataría a cualquier tipo que lo detenga. ¿Y qué carajo tiene que ver algo de eso conmigo?

Whitaker contó que la escena se inspiró en el movimiento #MeToo, en lo que se refiere a la idea de que puedes violar a las mujeres en cualquier forma que quieras, y pensar que puedes seguir adelante sin consecuencias.

Abundó que su hija “le explica: ‘no entiendes mi experiencia y no depende de ti definirla o cambiarla, depende de mí’. Discutimos mucho sobre querer que las voces de las mujeres fueran poderosas”.

Se le preguntó al actor si ¿se siente tan optimista ahora? Sorprendentemente, la respuesta parece ser sí. Hay ciertas desigualdades en el mundo y abusos, pero no se puede negar, como afroestadunidenses, que estamos progresando. Eso no significa que… tenemos que mirar a lo largo de la línea y decidir dónde estamos en el viaje. (Hubo un tiempo en que a los negros) no se les permitía vivir en ciertos barrios, ir a restaurantes o tener casas… en un momento dado, eran de su propiedad. Tenemos que reconocer esas cosas y esos movimientos, pero eso no cambia el hecho de que la gente sufre por las desigualdades de salud, economía, abusos, brutalidad, esas cosas siguen ocurriendo. Así que tenemos que continuar tratando de corregir esos problemas.

Momentos humanos

Volvamos a Bumpy Johnson, entonces. Aunque tiene momentos muy humanos –su amor por su esposa e hijos es decidido– también es sorprendentemente violento como al degollar la garganta de un hombre y ver a otro ser violado a sus órdenes. Sin embargo, Whitaker no es ajeno a los papeles violentos. Cuando interpretó a Idi Amin (en El último rey de Escocia), un papel por el que fue el cuarto negro de Estados Unidos en ganar un Óscar por su actuación, se mantuvo en el personaje para el rodaje de meses de duración. Fue bastante tenso… Te metes en la piel del personaje, sostuvo Whitaker. La forma en que trabajo como actor es sumergirme profundamente en el papel y luego rendirme a todas las cosas en las que he trabajado para crearlo.

No sé si permaneció en el personaje durante su más reciente trabajo antes de que golpeara la pandemia, pero debido a que hace a un juguetero mágico en la próxima película de Netflix Jingle Jangle: A Christmas Journey, no creo que haya traumatizado a ninguna de sus coestrellas. Whitaker se ríe. Estoy muy orgulloso de ello, es una película especial. Creo que levanta el espíritu. A todos nos vendría bien eso.

The Godfather of Harlem se exhibe en la plataforma Starz.

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