Se ha agotado la capacidad del Ejecutivo, dentro de la ley: su indecisión entre la legalidad e ilegalidad, ha sido su principal característica; más, su intento de detener los allanamientos a las oficinas de Gobierno, ya no le permite regresar a la legalidad, sin que sus allegados sean enjuiciados, quedándole únicamente, la capacidad de maniobra en la política electoral.
Lleva el Gobierno, una carrera contra el tiempo, procurando que su corrupción no sea confirmada, antes de las próximas elecciones, para, al decir de sus troles, tener con Nuevas Ideas, 48 diputados, con GANA 10, más uno de los independientes formando así, la mayoría calificada, que permita la destitución de muchos, de los funcionarios actuales y consolidar un Gobierno, liderado por el Ejecutivo. Lo que confirma que Bukele, corre con tres frentes electorales.
Para lograrlo, necesita que su corrupción no sea confirmada, antes de febrero de 2021. Para lograrlo, se está utilizando la idea de volcar el país, en ayuda a Guatemala y Honduras, creando una expectación en el Triángulo Norte, desviando la atención internacional de su corrupción, para centrarla en la región; procurará también que su imagen regional, se refleje en el país y además, justificar la crisis económica, ante la ignorancia de sus seguidores.
Difícilmente puede sostenerse por más tiempo, la economía nacional y, la posibilidad de una nacionalización de las pensiones, como forma de fondeo del Gobierno y, constituir una expoliación (robo) a los cotizantes, pone en riesgo el sistema mismo, pues tendría que pagar sus obligaciones previsionales con más impuestos y, seguramente plantearía una reducción en las pensiones futuras por “necesidad pública y solidaridad”, como se hizo en Argentina. Puede esto ser planteado por el Gobierno, como forma de “justicia” para el trabajador y más impuestos, a la empresa privada.
Otra forma del Gobierno para tener control férreo, sobre el comercio y la industria, sería el retorno al colón, pues todas las importaciones, necesitarían la compra de dólares al Gobierno y ante la escases de divisa, es quien señala las prioridades económicas y su tipo de cambio, generando ganancias personales a quien controle las divisas.
Si El Salvador, volviese al colón, disminuiría la capacidad de pago de su deuda externa y, es posible que éste, no se diese. Al ir a la baja el valor de la deuda externa, podría ser comprada a descuento, por intereses geopolíticos fuera del área o, de la esfera de Estados Unidos y Europa, como recurso de salvación financiera y, apoyo externo del Gobierno, como ha sucedido en Venezuela.
Llama la atención, que algunos troles de Bukele, al difundir la noticia de la ayuda que brindamos a Honduras y Guatemala, señalen que el Triángulo Norte, ha sido abandonado por USA, México y Europa y que sólo el Gobierno salvadoreño, se preocupa por el área.
Antes de hacer algo oficialmente, Bukele lo propone por sus troles, para medir el impacto entre sus seguidores; otra forma, de proceder, es el desprestigio a sus opositores, sean personas, familias o instituciones. Las ilegalidades y el rompimiento constitucional, inició primeramente con ataques de sus troles, para luego de caldear el ambiente, se procedió a oficializarlo, mediante acciones administrativas.
Los allanamientos a los Ministerios que han realizado las mayores irregularidades o, las más obvias, son consecuencia natural, de la institucionalidad del Estado, que defiende los intereses de todos. Cuanto ha realizado Bukele, ya había sido anunciado por sus troles y por él, en su campaña electoral, pero se creyó que el Derecho, por sí sólo, sería suficiente, más no, es necesario que la institucionalidad se imponga coactivamente.