La escritora explora en este libro «la relación de una niña con una mujer que tuvo frustraciones en su vida”. El jurado, presidido por el también colombiano Héctor Abad Faciolince, eligió Los abismos entre 2428 manuscritos.
La autora de la exitosa novela La perra (2017), Premio de Narrativa Colombiana en 2018 y finalista del National Book Award en 2020, pone sobre la mesa las perspectivas de las mujeres. “Soy hija de una generación de mujeres que no pudieron decidir qué querían ser en la vida; el mandato les decía que tenían que casarse y tener hijos. Mi mamá quería estudiar derecho y mi abuelo le dijo que una mujer de su casa se casaba y tenía hijos. Yo sí tuve la libertad de elegir”, comparó Quintana y contó que cuando decidió ser escritora su papá “se puso bravo conmigo”, pero admitió que fue él quien la impulsó a ser lectora. “La novela explora la relación de una niña con una mujer que tuvo frustraciones en su vida”, explicó la escritora colombiana.
Hay frases que hieren el alma y resuenan en la memoria de las mujeres de una familia. La protagonista de Los abismos observa, escucha y registra con una sensibilidad extraordinaria. “Mi mamá siempre estaba en la casa. Ella no quería ser como mi abuela. Me lo dijo muchas veces. Mi abuela dormía hasta la media mañana y mi mamá se iba al colegio sin verla. Por las tardes jugaba lulo con las amigas y cuando mi mamá volvía del colegio, de cinco días no estaba cuatro (…) Una vez, en el club, ella oyó cuando una señora le preguntó a mi abuela por qué no había tenido más hijos. —Ay, mija —dijo mi abuela—, si hubiera podido evitarlo tampoco habría tenido a esta. Las dos señoras soltaron la carcajada. Mi mamá acababa de salir de la piscina y chorreaba agua. Sintió, me dijo, que le abrían el pecho para meterle una mano y arrancarle el corazón”.
Quintana, autora de las novelas Cosquillas en la lengua (2003), Coleccionistas de polvos raros (2007) y Conspiración iguana (2009), aseguró que hay muchas novelas sobre ser hijo de un mal padre. “Ahora estamos reflexionando más sobre la maternidad, quitándole los velos. Mis tías, mi mamá, decían que ser mamá es lo mejor que a una le puede pasar en la vida; pero no hablaban de la oscuridad, de los sentimientos negativos que emergen. Es fundamental que las mujeres hablemos de las cosas que nos preocupan, nos hieren, nos molestan, como los grises de la maternidad”, subrayó la autora del libro de cuentos Caperucita se come al lobo (2012), que en 2007 fue seleccionada por el Hay Festival entre los 39 escritores menores de 39 años más destacados de Latinoamérica.
Fuente: Pagina/12