El lenguaje como medio de opresión o liberación en la educación

“Si alguien quiere seriamente buscar la verdad, no debe elegir una ciencia particular; están unidas todas entre si y dependen las unas de las otras. Que piense únicamente en aumentar la luz de su razón”.  Descartes.

Por: Morena Guadalupe Magaña*

El objetivo básico del lenguaje debe ser humanizar a la humanidad y cumplir sus funciones: representativa, expresiva, apelativa, fática, metalingüística, y poética. Porque la vida del ser humano es como el teatro; en el que actúan simultáneamente actores y espectadores. Cada ser humano es capaz de observar la situación y de observarse a sí mismo en cada situación, en cada escenario de la vida, en cada acontecimiento.

Cada hombre y cada mujer actúan para sobrevivir, por lo que necesariamente tenemos que producir acciones y observar esas acciones y sus efectos sobre el mundo exterior, ciertamente, ser humano significa ser actor y espectador en el teatro de la vida.

Cuando los seres humanos se limitan a la simple observación de su realidad, se están negando su capacidad y necesidad del actuar, y la energía que podría ser usada para actuar se transfiere a seres inescrupulosos, por eso se hace urgente que todo ser humano use, en su vida cotidiana, el mismo lenguaje que los actores usan sobre el escenario: sus voces, sus cuerpos, sus movimientos y sus expresiones deben traducirse en ideas, emociones y deseos que los conduzcan a la emancipación de la conciencia y el espíritu.

El lenguaje es la mediación necesaria para la toma de conciencia del mundo que nos rodea, es el instrumento radical que terminará por apoderarse de las masas porque es suyo y sólo apropiándose de él, ellas se encaminarán hacia la verdad. Es primordial entonces que forjemos nuestro propio lenguaje, el de la vida real, contra el lenguaje ideológico del poder opresor.  Las presentes y futuras generaciones tendrán que inventar su propio lenguaje para reencontrar su verdad.

Desde una perspectiva lingüística no hay palabras prohibidas, y, en el lenguaje, todo está permitido, menos mal, porque prohibirse el empleo de una palabra sería renunciar al derecho de un arma no letal, pero sí, poderosa; utilizada por adversarios y simpatizantes a la vez.

Nuestro diccionario liberador será una especie de código con el que podamos descifrar la información y develar el denso velo ideológico que intenta cubrir la realidad desgarradora de grandes latitudes humanas. Se trata entonces de un diccionario emancipador, o un de un diccionario bilingüe, porque cada palabra posee un sentido «ideológico» que corresponde al poder y un sentido real que creemos que corresponde a la vida, en esta fase histórica de cambios vertiginosos, científicos y tecnológicos, planetarios, es imposible liberarse de condiciones opresoras sin liberarse del lenguaje que las oculta, sin poner al desnudo la verdad.

Toda práctica opresora ha experimentado la necesidad de nuevos campos semánticos. El lenguaje opresor se convierte en la morada del poder y el refugio de su violencia y abusos en contra de fuerzas sociales. En toda situación de violencia, sufrida o provocada, cuando el poder se impone, el lenguaje es una de sus armas en la que más confía para mantener el orden opresor.

De las palabras a las ideas no hay más que un paso impuesto siempre por el poder y sus poderosos. A lo largo de la historia ha sido evidente la opresión y la explotación en las relaciones sociales y económicas. Es muy probable que estas situaciones de poder se sigan registrando y afectando a la humanidad porque como dice Morín, el ser humano sigue siendo un animal de la rama de los vertebrados, de la clase de los mamíferos, del orden de los primates. (El método pág. 32). A lo mejor a esto obedezca que el humano ejerza actitudes de poder exacerbadas y conductas violentas sobre su misma especie, porque llevamos en nuestros genes esa animalidad que no hemos podido borrar ni con los adelantos y más sofisticados avances de la ciencia.

Frèderic Joulian nos recuerda que “todo lo que aprendimos sobre las capacidades cognitivas y de lenguaje de los chimpancés, en 1970 se ha visto confirmado y enriquecido y Washo  y sus parejas aculturadas pudieron adquirir un vocabulario de más de cien signos o palabras, así como una sintaxis rudimentaria. Sarah de Premark incluso mostro su capacidad de mentir. El gorila Koko supo identificar la muerte con un gran sueño”. Morín, (El Método, pág. 35)

Según la ciencia, hoy más que nunca el ser humano se encuentra sin una claridad de sus orígenes y le quedan muchos enigmas acerca del misterio que encierra la génesis humana. Según parece hace siete millones de años sucedió un fenómeno llamado hominización, el cual sostiene que el hombre llega a ser tal cual es, como hoy lo conocemos, luego de una evolución, es decir, sostiene que el hombre actual pertenece a la clase de los mamíferos y al orden de los primates, tal como lo sostiene (Morin, El método.  Pág. 35) “La hominización es una aventura comenzada, según parece ahora, hace siete millones de años. Es discontinua con la aparición de nuevas especies y la desaparición de las precedentes, así como con la domesticación del fuego, después el surgimiento del lenguaje y la cultura.

Es continua en su dialógica que desarrolla la bipedación, la manualizaciòn, la verticalizaciòn (del cuerpo), la cerebralización, la juvenilizaciòn, la complejizaciòn social, proceso en cuyo curso aparece el lenguaje propiamente humano, al mismo tiempo que se constituye la cultura capital simple de generación en generación, de los saberes, saber-hacer, creencias, mitos, lo adquirido…”

El lenguaje es una fuente de vida para todas las culturas y las generaciones pasadas, presentes y futuras. Además, el lenguaje es una parte de la totalidad humana, y la totalidad humana se encuentra contenida en el lenguaje y esa totalidad lo humaniza de una forma asombrosa, tan es así que una lengua vive de manera increíble y se perpetua para dejar constancia de   hechos acaecidos, y, que, gracias al lenguaje; hoy podemos evocar la voz profética de personas que intentaron resistir la opresión sistematizada, como fueron indios, los negros, los pobres, que son recordados, y se presentan en toda su crudeza hechos, eventos y mecanismos de opresión y explotación contra ellos.

Pero se vuelve interesante reconocer que gracias al lenguaje se registra la memoria del pasado, y se celebra, la esperanza por la liberación los pueblos.  Ya que “una lengua vive de forma asombrosa. Las palabras nacen, se desplazan, se ennoblecen, decaen, se pervierten, perecen, perduran. Las lenguas evolucionan, modificando no sólo su vocabulario, sino también sus formas gramaticales, y en ocasiones las sintácticas. La lengua vive como un gran árbol, cuyas raíces están en el trasfondo de la vida social y de la vida cerebral, cuyo follaje alcanza su plenitud en el cielo de las ideas o los mitos”. (Morín, El Método. Pág. 41).

“Si alguien quiere seriamente buscar la verdad, no debe elegir una ciencia particular; están unidas todas entre si y dependen las unas de las otras. Que piense únicamente en aumentar la luz de su razón”.  Descartes.

El Método pone de manifiesto el desafío de la complejidad que se impone tanto al conocimiento científico como al estudio de los problemas humanos, sociales, políticos, culturales y filosóficos. El interés de su autor, Edgar Morín, es mostrar un conocimiento sin divisiones ni compartimientos, respetando lo individual y lo singular, considerando su interrelación con el contexto y el todo. Su concepción de la complejidad ántropo-social incluye las dimensiones de lo biológico y lo imaginario, lo humano, lo inhumano; tal como lo cita Romain Gary, pág. 16 “La palabra humanidad comporta inhumanidad: la inhumanidad es una característica profundamente humana”.

Todas las variaciones del accionar humano que se plantean  en la lectura son fundamentales y nos muestran los casos extremos de conductas que han ido marcando la historia y registrando la memoria de la humanidad, tal es el caso de Jesucristo, Mahoma, Buda, Hitler, Stalin y otros personajes que nos permiten comprender mejor al ser humano en sus múltiples reflexiones  y acciones como: la esclavitud, la lucha por la vida en campos concentración, el genocidio; en fin, todos las inhumanidades son reveladores de las conductas que los seres humanos hemos ido registrando a lo largo de la historia, dejando constancia de que. “La tierra constituye el laboratorio único donde, en el tiempo y el espacio, se han manifestado las constancias y las variaciones humanas- individuales, culturales, sociales. Todas las variaciones son significativas, todas las constancias son fundamentales”.  El Método. Pág. 17.

Respecto a la vida, Morín, también nos recuerda que. “Nosotros, vivientes, y, por consiguiente, humanos, hijos de las aguas, de la Tierra y del Sol, somos una pequeña paja, un feto incluso, de la diáspora cósmica, unas cuantas migajas de la existencia solar, un menudo brote de la existencia terrena. El método. Pág. 29.

Además, el Método 5 La humanidad de la humanidad, constituye una reflexión sobre sus propios métodos y sobre las sociedades humanas en general. Nos aclara como con el progreso y el tiempo, las ciencias de la vida, como la teoría de la evolución y la biología molecular, la ecología, la ingeniería genética y la socio-biología; no deben llevarnos a rechazar las ideas de vida, existencia, individuo y sujeto, sino más bien a comprenderlas más profunda, abierta y responsablemente. Solo así tendremos la capacidad de reflexionar acerca de que, por más que busquemos otros mundos, si destruimos el cosmos nos destruimos nosotros mismos, tal como lo vemos en el siguiente planteamiento.

“El universo parece haber nacido de la catástrofe y parece ir hacia la dispersión generalizada. Somos solidarios de este destino insensato. Si hay muerte en el cosmos, no podemos escapar a esa muerte, únicamente podemos considerar escapar a la extinción de nuestro sol, emigrando hacia sistemas solares revigorizados, pero en los horizontes de nuestros horizontes está la muerte”. El método Pág. 31.

La vida, que emerge por entero del universo físico, es al mismo tiempo algo enteramente original en nuestro universo. Comparar la vida con la no-vida no sería prudente; hay que captar también la vida de la vida misma reconociendo que la frontera que nos separa de los otros vivientes es una frontera cultural, que no anula a la vida, sino que más bien la abre al desarrollo del espíritu, esto de acuerdo con la siguiente definición de cultura.

“conjunto de los hábitos, costumbres, practicas, saber-hacer, saberes, reglas, normas, prohibiciones, estrategias, creencias, ideas, valores, mitos, ritos, que se perpetúan de generación en generación, se reproduce en cada individuo, genera y regenera la complejidad social”.   El método Pág. 69.

Lo anterior nos demuestra que por muy diversas que sean las culturas, estas tienen una misma base, y, así vemos que todas las sociedades tienen sus propias expresiones culturales por medio de la música, el canto, la poesía etc.

Otro aspecto importante que debemos rescatar de esta lectura que hoy presento, es que. Toda ciencia del hombre que reduzca la vida a lo privado es una ciencia privada de vida, menos mal que en medio de tanta incertidumbre pensar en la vida ha llegado a ser algo vital para el ser humano. Hoy vemos como la biología ha resultado ser la ciencia que nos lleva a la gran pregunta.

¿Debemos consentir que la intervención genética y cerebral transformen o reduzcan nuestras vidas, nuestros espíritus, antes de que sepamos verdaderamente lo que son la vida, el cerebro, el espíritu, antes de que seamos capaces de controlarnos a nosotros mismos y de controlar a nuestros controladores?

Lo anterior debe llevarnos a la reflexión de que el individuo no es ni noción primera ni noción última, sino el nudo gordiano de la trinidad humana: (individuo, sociedad, especie). Vale aclarar que, en lenguaje, el nudo gordiano se ha utilizado para dar nombre a una dificultad que no se puede resolverse. En este sentido, cortar el nudo gordiano significa resolver un problema de forma tajante y sin contemplaciones. Por lo que se vuelve indispensable considerar la siguiente cita.

“El individuo es irreductible. Cualquier tentativa de disolverlo en la especie y en la sociedad es aberrante. Es el individuo humano, repitámoslo, el que dispone de cualidades de la mente; dispone incluso de una superioridad sobre la especie y sobre la sociedad porque sólo él dispone de la consciencia y de la plenitud de la subjetividad. La posibilidad de autonomía individual se actualiza en la emergencia histórica del individualismo, al tiempo que sigue siendo inseparable del destino social e histórico”. El Método Pág. 79.

Desde mi compromiso y responsabilidad de educadora considero que la educación se convierte en una herramienta poderosa de grandes transformaciones sociales, sólo cuando opere para el bien común y las libertades planetarias con las ideas planteadas en el tema de “Las libertades de la mente”. El Método Pág. 313

A menudo vemos como ciencia avanza de manera vertiginosa, por lo que la principal finalidad de la educación de hoy debe ser la formación de seres humanos capaces de implementar cambios que tengan como meta primera la felicidad del ser humano, en tal sentido. La educación debe conducir al estudiante a plantearse preguntas como estas: ¿Qué es la vida?, ¿Cuál es mi rol, mi destino, mi responsabilidad? Como seres humanos somos extremadamente complejos.

A mí particularmente me seduce, me enamora me envuelve la complejidad humana, me encanta ver mis días tristes y alegres, levantarme un día con ojos de ilusión y acostarme sintiendo una emoción diferente. Me enamora soñar un día con una nueva meta, sentirme llena y luego vacía, amada, acompañada y luego desolada, con sentimientos complejos y a la vez tan simples de descifrar.

Esta manera de soñar, de sentir de pensar, de vivir, me sigue diciendo a gritos que la educación profesional de hoy debe asegurarle al estudiante la posibilidad de desarrollar actitudes que le permitan abordar la diversidad, la complejidad, la incertidumbre y toda una correlación de fuerzas entre lo intelectual, lo biológico, lo psíquico, lo cultural, lo social, lo espiritual, y lo humano.

Ahora vemos más claro cuánta razón tuvo Descartes cuando nos dijo:

“Si alguien quiere seriamente buscar la verdad, no debe elegir una ciencia particular; están unidas todas entre si y dependen las unas de las otras”. 

…por tanto, que piense únicamente en aumentar la luz de su razón. 

*Doctora en Educación con Énfasis en Mediación Pedagógica.

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