Por: Marvin Aguilar.
La intelectualidad parisiense ha creado un mundillo en la calle Saint-Germain allí Yasmina Reza escribió «Arte» en 1994 y desde entonces ha sido traducida a 35 lenguas. Y si bien la obra (que apertura la temporada 2021 en el Poma) es anunciada como una comedia una vez adentrados en la trama descubrimos la gran tarea ética- filosófica-afectiva que nos planteará la compra de un cuadro abstracto por parte de (dicho en el sentido castellanomoyistico) un clasemediero.
Pobre de la amistad cuando su causa es una obligación. En «Arte» la amistad a simple vista se presenta como algo interesado que privilegia al ego en lugar de al otro. Y esto desencadena una oleada de recriminaciones que muchas veces no se dicen pero que van acumulándose con el tiempo y estallan, aburren o, hasta nos hacen despreciar al amigo de muchos años por ser un hibrido pusilánime obligado a ordenarse (casándose) para tener un objetivo en la vida; un igualado y aspirante a snob (comprador de arte) ó un rudo y básico cavernícola (que no solo no entiende sino que irrespeta el abstraccionismo). Reza nos enrostra por una larga secuencia que la amistad tiene algo de misantropía. Habrá que sobrevivirla.
Es una comedia pero allí esta Epicuro y Hegel. Una trilogía de amigos nos delata algo en lo que siempre epicúreamente he creído que la felicidad está en la privacidad. Las muchedumbres de amigos son tan solas y quienes las necesitan tan vacios que en «Arte» bastan tres amigos para saberse humano. Epicuro nos dirá: más importante que saber qué comes y bebes es, saber con quiénes comes y bebes. Por otro lado Hegel al plantearnos la contraposición amo-esclavo nos relata el origen de las relaciones humanas. «Arte» nos plantea el deseo hegeliano como nudo de la obra que se resume a: que el deseo de un hombre es el reconocimiento del otro. Que se someta. Este problema se resuelve finalmente con una lucha a muerte que solo termina con el miedo –gregarios al fin- a perder la amistad por alguno de los tres o de los tres.
El teatro no contestará preguntas creará problemas. Yasmina Reza en «Arte» obliga a los personajes a revelar por medio de un cuadro que todos sabemos vacio una ventana de complejos, odios y flaquezas –tan humanas- que somos todos nosotros. Si porque nos mentimos sobre muchas cosas a nosotros mismos primero para luego poder tener amigos a los que podamos engañar y no solo, usarlos para aparentar. La ética de la pieza está en que enojarse tus amigos cuando dices la verdad es normal. Ahora si se van no eran amigos más si regresan sí. Porque amigo es aquel que te dice tus defectos y se queda contigo sabiéndolos ayudándote a superarlos. No alcahueteándolos convenencieramente.
La dirección de Roby Salomón al tropicalizarla para el salvadoreño capitalino si bien disfrazará a los actores de prototipo más que de personajes y gracias a ello generaran más comedia no logrará pese al intento distraer a la inteligencia del lev motiv. ¿Y cuál es? Que en realidad la amistad no se debe medir en términos de ganancia económica-social sino en la cantidad de esfuerzo que nos generan. Que la amistad no es un intercambio es una generadora de paradojas.
El 27 de marzo se conmemora el día mundial del teatro. «Arte» en el Poma es un buen pretexto para ir o reencontrarse con los amigos en el teatro y darnos una lección de cómo nos estamos relacionando con el otro, el amigo, los amigos en una extraña época que recomienda aislarse de los otros.