Por Mauricio Mejía.
De la cadena nacional de radio y televisión realizada el 24 de junio, es fácil deducir que sobre esta medida, el gobierno lejos de dar marcha atrás como sugieren expertos financistas de organismos internacionales y connotados economistas nacionales e internacionales, el gobierno se prepara para poner en vigencia de forma generalizada a partir de septiembre del 2021, el uso del bitcoin, por medio de una cartera electrónica bautizada con el nombre de Chivo, que se proyecta entregar con un saldo inicial de 30 dólares en bitcoin para dos millones y medio de salvadoreños, tomados de fondos públicos.
El bitcoin no es una moneda de circulación como el dólar u otras monedas físicas que también pueden ser utilizadas de forma electrónica, el bitcoin es un activo que se puede utilizar especialmente para invertir en negocios en Internet, para lograr ventajas de sus rápidas fluctuaciones a la baja o la alza respecto del dólar; de tal manera que al utilizar el bitcoin sólo como forma de pago, el riesgo de perder poder adquisitivo es bien alto, un aspecto reconocido en la cadena nacional por el señor Presidente Bukele, cuando asevera que su uso es una decisión personal que como puede darle ganancias le puede dar pérdidas.
Los salvadoreños en general debemos tener claro que dada las condiciones actuales en la que no existe un Estado democrático constitucional de derecho, la posibilidad de que la Sala de lo Constitucional impuesta el uno de mayo, se pronuncie por la inconstitucionalidad de la ley es imposible; no obstante que el hecho de que la ley haya sido aprobada en cinco horas, luego de ser recibida por el órgano legislativo, da suficientes elementos para declararla inconstitucional.
Para dorar la píldora, tal vez la Sala podría introducir algunas reformas, para matizar aquellos aspectos que han sido señalados muy violatorios al libre mercado como es la obligatoriedad literal que establece el artículo 7 de la ley Bitcoin, en consecuencia, lo pertinente es prepararse para el impacto de la vigencia del bitcoin.
En nuestro horizonte visualizamos la necesidad de que los salvadoreños nos informemos y formemos bien, sobre cómo funciona el mundo de la criptomoneda y de los negocios lícitos en los que se puede invertir en pequeña escala, en tanto el gran negocio del bitcoin, es para los grandes empresarios y la banca salvadoreña transnacionalizada, cuyos propietarios no están preocupados por la reversión de esta ley, sino por ver como la aprovechan, se adaptan y continúan acrecentando sus fortunas; por lo tanto la lucha popular debe orientarse a exigir al Estado a que el reglamento de la ley bitcoin, garantice que los salvadoreños conoceremos a fondo cómo funciona el bitcoin; cómo se puede utilizar en pequeña escala, evitando los riesgos de la fluctuación y que en realidad, su uso sea una decisión personal voluntaria y no una imposición como lo fue la dolarización del país. 106.9 fm radio.