Por Mauricio Mejía.
Una de las aspiraciones de la clase trabajadora es el establecimiento de un nuevo sistema de pensiones de naturaleza pública que administre una pensión universal, con montos que permitan un retiro digno, con vigencia desde el retiro, hasta el fallecimiento del pensionado.
Por ahora, luego de la reforma neoliberal introducida al sistema de pensiones, por el segundo gobierno de ARENA, en 1996, las pensiones son administradas por dos sistemas: uno público formado por el ISSS e INPEP, para civiles y el IPSFA para militares y un sistema privado, formado por las Administradoras de Fondos de Pensiones AFP, las cuales de acuerdo con la legislación previsional actual, con el tiempo sustituirán al ISSS y al INPEP, en tanto a estas dos instituciones a partir de la reforma, ya no se les permitió la captación de cotizantes, lo cual no afectó al IPSFA, institución que quedó fuera de la nueva estructura producto de la reforma, conservando los privilegios de mayores montos en las pensiones.
Antes de la creación de las AFP, las pensiones que pagaba el sistema público, para quienes cumplían con el cien por ciento de los requisitos para el retiro, eran muy cercanas al salario completo; ahora, 25 años después, la reforma introducida por ARENA ha dividido a los trabajadores en tres grandes grupos: uno, los que dueños de las AFP que hicieron el negocio del siglo y acrecentaron sustancialmente sus fortunas, dos, los trabajadores que se retiran con pensiones que no les permite vivir decentemente y los obliga a buscar empleos marginales y los actuales trabajadores, condenados a no retirarse, pues si lo hacen en poco tiempo ven la condena de pasar a la indigencia.
Los gobiernos del FMLN, a pesar de algunos intentos, no pudieron modificar la injusta estructura previsional, que el presidente Bukele como promesa de campaña, se comprometió a cambiar a favor del pueblo y a dos años de su gobierno, estamos esperando signos de que honrará su palabra y escuche a diversas organizaciones que proponen reformas para humanizar el actual sistema.
Recientemente ANDES, entre muchas de sus reivindicaciones propuso el 28 de junio, de que «El que tiene dos salarios mínimos, que su pensión sea del 100% y el que gana más de dos salarios mínimos que sea el 80%».
En nuestro horizonte visualizamos que una reforma del sistema previsional que garantice un retiro con pensiones para una vida digna, es necesaria y obligada; la propuesta de ANDES es un buen punto de partida, pues justo reconocer que quien ha entregado de 25 a 30 años de su vida construyendo la riqueza del país, tiene derecho gozarla con tranquilidad en sus últimos años de existencia. Presidente Bukele, ahora que cuenta con todos los poderes, esperamos le cumpla a la clase trabajadora.
