El Papa designó a Emilce Cuda, una reconocida académica argentina enrolada en la “opción por los pobres”, como jefa de la Pontificia Comisión para América Latina, el ministerio de la Santa Sede que se ocupa de los asuntos de esta región del mundo. Aumentan los argentinos en el gobierno central de la Iglesia Católica.
Por Washington Uranga.
La teóloga argentina Emilce Cuda fue designada por el papa Francisco como Jefe de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), un dicasterio (ministerio) creado por el papa Pío XII en 1958 y que está dedicado a atender los asuntos de la Iglesia en esta parte del mundo. En la misma resolución Jorge Bergoglio nombró como Secretario General de la CAL al boliviano Rodrigo Guerra López quien también es miembro de la Pontificia Academia para la Vida y las Ciencias Sociales.
En las últimas semanas se conoció además el nombramiento del obispo argentino Jorge Ignacio García Cuerva como miembro de la Congregación para los Obispos, el organismo vaticano que aconseja al Papa para la elección de los obispos de todo el mundo. Otra mujer, la periodista Silvina Pérez, dirige la versión española del diario oficial de la Santa Sede, L’Osservatore Romano. Juan Grabois, referente de la Confederación de la Economía Popular y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) es asesor del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
Emilce Cuda, suma a su condición de teóloga con mirada progresista y relacionada con la perspectiva de la llamada “opción por los pobres” una importante trayectoria académica con reconocimiento en el campo intelectual. En el año 2016 publicó en Buenos Aires el libro “Para leer a Francisco. Teología, Ética y Política”.
La nueva Jefa de Oficina de la CAL es doctora en Teología por la Pontificia Universidad Católica Argentina y se graduó en filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Estudió también Ciencia Política en Northwestern University USA) y Economía y Negocios en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Es profesora en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en la Universidad Católica Argentina y en la Universidad de Buenos Aires. En CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) coordina el grupo “El futuro del trabajo y cuidado de la casa común” y a ello agrega su condición de asesora de la Unión Iberoamericana de Trabajadores de Edificios y Condominios (UITEC). En la Iglesia Cuda es consultora del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) y de la Comisión Internacional de Migraciones Católica (ICMC) con sede en Ginebra.
En una reciente entrevista pública la teóloga reiteró su alineamiento con la perspectiva que Bergoglio tiene sobre el “cambio de época” que se enfrenta en el mundo, considerando también a los movimientos populares como “otra forma de organización política” que da respuesta a la crisis de representatividad de las democracias contemporáneas. Para la filósofa argentina en América Latina se construye un “antropología filosófica” que “hace memoria de un pasado que es experiencia histórica comunitaria de sufrimiento por injusticia social” y en función de ello se toma la decisión de unirse para participar de la producción, distribución y reinversión de la renta.
Porque el problema para los poderosos, dice, “no es repartirle a los pobres, porque la riqueza sobra en el mundo, pero está concentrada”. Cude sostiene que para los ricos el problema es aceptar que “los pobres te dicen `correte’ para sentarse ellos en la mesa de pares a participar del proceso de toma de decisiones, para decidir qué hacemos con los bienes creados -que son universales-, para decidir cómo vamos a producir, cómo vamos a reinvertir de manera social y cómo hacerlo de manera sustentable”.
Según lo establece la constitución apostólica Pastor Bonus , la CAL tiene como función “aconsejar y ayudar a las Iglesias particulares en América Latina: además, estudiar las cuestiones que se refieren a la vida y progreso de dichas Iglesias, especialmente estando a disposición, tanto de los dicasterios de la Curia interesados por razón de su competencia, como de las mismas Iglesias para resolver dichas cuestiones”. Entre otras funciones también le corresponde “favorecer las relaciones entre las instituciones eclesiásticas internacionales y nacionales, que trabajan en favor de las regiones de América Latina. y los dicasterios de la Curia Romana”. El presidente de la CAL es el Prefecto (ministro) de la Congregación para los Obispos, el cardenal canadiense Marc Ouellet.
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Fuente: Página/12