Por Karen Funes.
Ha generado dudas incluso en los más optimistas. Ante las fallas tecnológicas y falta de respuestas muchos han decidido esperar.
El escepticismo predomina ante la fallida implementación de la Ley Bitcóin el pasado 7 de septiembre en que el Gobierno puso a disposición 200 cajeros y la aplicación Chivo, una billetera virtual donde se podría transferir dólares y bitcoines haciendo conversiones instantáneas.
Esta aplicación sería la herramienta de la nueva Ley de Bitcóin, que convierte a la criptomoneda en moneda de curso legal en el país. Aunque los asesores contratados para dar información en los Puntos Chivo aseguraban que ese mismo día se solucionarían los problemas a una semana todo sigue igual, incluso algunos cajeros han sido retirados.
«Pareciera que el despliegue de esta solución gubernamental de Chivo estaba muy cruda, no bien probada, porque la clase de errores a la que se enfrentaron los usuarios en estos días eran muy graves: que no validaba la información, problemas de transferencia y de compatibilidad con otras billeteras», dijo Mario Gómez, especialista en informática, en entrevista radial YSUCA.
Algunas empresas que estaban a la espera de la «nueva tecnología» descargaron la aplicación pero ya se lee en sus redes sociales que no continuarán usando bitcoines hasta nuevo aviso, es decir, hasta que funcione correctamente.
«Todavía no pienso descargarla por falta de información, me gustaría saber más, si es confiable o no, si cuida mis intereses», dijo Rocío C. una empresaria dedicada a las terapias de belleza, al consultarle si pensaba utilizar la nueva billetera virtual Chivo con sus clientes.
«Pienso que se intentó agregar demasiada funcionalidad a esta billetera, cuando lo ideal era comenzar con un piloto e ir ampliando gradualmente», añadió Gómez.
Entre los problemas más graves para los usuarios estaba que no se reflejaban las operaciones o que su cuenta aparecía con saldo negativo «en la tecnología bitcóin no existe saldo negativo, no existe el crédito. Eso significa que pueden haber problemas de la interfaz del usuario o en el sistema que gestiona todos los saldos».
Gómez explicó que es un criptoactivo volátil con el que se puede hacer inversiones «pero al vendedor pequeño que depende de tener suficiente liquidez para el siguiente día no le funciona, la solución que dio el gobierno fue este servicio de conversión, pero al menos los $30 no los podían convertir y no es tan automática».
Fuente: El Economista.