“Malditos; mil veces malditos”

Esas son las amables palabras proferidas por nuestro presidente a los supuestos negociadores con las pandillas para obtener beneficios políticos. Como es costumbre al presidente se le olvida que todos y cada uno de los salvadoreños merecemos respeto, esa no es la forma de nombrar a los conciudadanos, que pagan su salario y el salario de todos sus funcionarios. Él no es emperador ni nada que se le parezca para que tengamos que, de rendirle pleitesía, y agachar la cabeza cada vez que su majestad se digna a dirigirse al populacho.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

Los epítetos proferidos por el “mandatario” han sido de todos los sabores y colores para dirigirse a todos aquellos que osen no estar de acuerdo con sus discursos y que piden y exigen decoro en su lenguaje y sobre todo respeto. Le recordamos que él fue electo por un grupo de salvadoreños pero que eso no le convierte en dueño del país, y sobre todo que no le otorga ningún derecho a proferir insultos como calificar de ladrones a un grupo de funcionarios del anterior gobierno que los tienen encarcelados sin tipificarles delito alguno.

Cuando un jefe de estado se refiere a grupos en particular de esa manera se está refiriendo a todos los ciudadanos en su conjunto, debido a que si me encuentro en grupo de personas y en el grupo alguien insulta a otro está insultando a todos los presentes. Por ejemplo, cuando me conducía del aeropuerto, en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, en un paso peatonal el taxista comenzó a proferir improperios a los empleados que se encontraban en un paso peatonal, luego se refirió a mi justificando su acción, aduciendo que era la forma en la que protestaba por la una norma que le molestaba.

Pero no tomó en cuenta que era yo quien le estaba pagando el viaje, y que en ese momento era yo su empleador, y que esos insultos me molestaron tremendamente, además de ser un extranjero visitando su país, yo no me quejé con el taxista, me quejé con sus jefes.

En los dos años y medio en los que el presidente ha ocupado la silla presidencial, ha existido como norma la persecución política, la represión para los opositores políticos, la desacreditación para las voces que refutan al mandatario y a su gobierno, ha existido terrorismo de estado al emplear a la policía y a la fuerza armada para intimidar y obligar a que renuncien a quienes ocupan cargos y han sido electos constitucionalmente, para sustituirlos por otros que gozan de la venia del presidente.

Lamentablemente los discursos del presidente han sido de odio, división e intolerancia, siendo estas prácticas por las que venimos luchando por décadas, buscar la división política de la ciudadanía salvadoreña para lograr réditos políticos ha sido la norma, considero que los salvadoreños debemos de buscar otras formas de convivencia, si queremos lograr los tan ansiados éxitos económicos que gobierno tras gobierno ofrecen a la población.

A la administración Bukele le está sucediendo que al haberse decantado por descalificar a todo aquel que no piense como él considera que debe pensar, se ha pasado el tiempo sin gobernar, no puede exhibir logros propios, su gran logro es el Plan de control territorial que consta de siete fases, que nadie conoce.

En la inauguración del gobierno de Bukele sucedió una cosa curiosa, que intempestivamente los índices de homicidios cayeron. Lo que no coincide con el comportamiento de las poblaciones, de acuerdo con los sociólogos e investigadores de los fenómenos de violencia como Jannette Aguilar, perfilando la reducción de los homicidios a un posible pacto entre las pandillas y el ejecutivo.

Luego el periódico digital El Faro, presenta otra investigación en la cual ya no sólo eran hipótesis académicas, sino presenta pruebas con nombre y apellido de quienes habían facilitado y participado en la negociación con pandillas. Ahora es el Departamento del Tesoro de Estados Unidos: “acusa a Osiris Luna y Carlos Marroquín de negociar con la MS-13 y el Barrio 18 en nombre del Gobierno de Nayib Bukele, para conseguir un descenso de homicidios y apoyo de las pandillas a Nuevas Ideas en las elecciones de 2021”.

También sanciona a: Carolina Recinos, por: “encabezar una estructura de corrupción multimillonaria y en múltiples ministerios” ubicando a nuestro país entre el selecto grupo de mafiosos del mundo, tras la noticia, y en sondeo en un canal de televisión, los televidentes en un 57% respondieron que esta era una acción grave para el país, cosa que también resulta curiosa por casi concuerda con una encuesta realizada por la Universidad Francisco Gavidia en la que la aprobación del presidente es mayor del sesenta por ciento, no así el de la Asamblea Legislativa que apenas llega al 10%.

Estos datos fríos pero contundentes, debe llamar a la atención del presidente en el sentido de que al llegar a la mitad de su mandato las cosas no pintan nada bien para el país, que económicamente el país este quebrado, que podemos llegar a una hiperinflación, al impago, y al corralito. Que ya tenemos la amenaza de eliminar el TLC con Estados Unidos, que proporciona ventajas arancelarias y que podría dejar cesantes a cien mil trabajadores.

Con todos estos acontecimientos, para quien consideran que la población va a proferir esos mismos improperios con los que iniciamos este artículo.

*Biólogo e Investigador.

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