Edición número 1000 de El Independiente. Celebración postergada

Walter Raudales, concientizando de la mano de El Independiente

Usted tiene en sus manos la edición número 1000 de El Independiente, es una alegría inmensa, pues significa: VENCIMOS, SOBREVIVIMOS, RESISTIMOS Y SEGUIMOS.

Por: Walter Raudales*

Desde aquella edición 1, el 24 de enero de 2005, con portada de un aniversario más de la firma de los Acuerdos de Paz, éramos un manojo de ilusiones. Sorteamos infinitas vicisitudes, agitadas tormentas, fuimos presa de la mentira y el engaño, y aprendimos mucho, porque lo más valioso del camino es el aprendizaje para seguir caminando.

No es fácil hacer un balance de 16 años, pero nos pasó de todo, desde lo más sublime hasta lo más nefasto. Hubo épocas de entusiasmo y otras de enorme desengaño. Motivados por los cambios políticos en el país decidimos, en abril del 2009, convertirnos de Semanario en Diario, pero un año después, convencidos de la infamia del gobernante impostor, debimos regresar a nuestra edición semanal y ahí nos mantuvimos y seguimos librando mil batallas.

¡Quién iba a creerlo que sobreviviríamos! Nadie. Nos hicieron malos augurios y pésimas profecías. ¿Cómo es que va a existir un periódico que subsiste sólo con los ingresos de las suscripciones? Nos decían y vaticinaban un par de edición más para el colapso. Pero aquí estamos VIVOS y CAMINANDO, PROCLAMÁNDONOS VICTORIOSOS PORQUE SEGUIMOS CAMINANDO.

Pasamos muchos vituperios y calamidades, y también buenos momentos, hemos ido adaptándonos a los nuevos tiempos, El INDEPENDIENTE cuyo primer eslogan fue “Un periódico para el cambio social”, evolucionó a “Más que periodismo” hasta combinarlo ahora con “Multimedia”.

La pandemia nos apresuró a enfocarnos en la versión digital, formato que cada día alcanza más y más lectores adentro y afuera del país, hasta obligarnos a reinventarnos y construir la versión radial del periódico. Así surgió, en plena pandemia, El INDEPENDIENTE RADIO en la frecuencia 106.9 FM con retransmisión en redes y en podcast. Aumentando exponencialmente nuestros lectores, cibernautas y oyentes.

Desde nuestro origen le hemos apostado a responder dos preguntas: ¿Qué está pasando? Y ¿Por qué están pasando las cosas? La búsqueda de respuesta nos lleva de la mano constante de la información, el análisis, la interpretación de los acontecimientos y a tomar en cuenta, siempre, la participación ciudadana, que nos sirve de brújula en lo que hacemos, decimos y pensamos.

En el camino siempre van quedando amigos, verdaderos hermanos, cuyo espacio no es fácil llenar. Del equipo de distribución extrañamos a Eduardo Ramos (a quien cariñosamente llamaba Hormiga) que mientras repartía periódicos a suscriptores tuvo un fatal accidente que le dejó inconsciente y paralítico por 4 años hasta morir recientemente; del mismo modo al buen amigo Jonathan Blanco, repartidor de periódicos a puestos de venta en la zona del Centro de San Salvador, en plena cuarentena no sobrevivió el virus del Covid19.

Muchos pasaron por la escuela de la redacción de El Independiente, en donde potenciamos, y lo seguimos haciendo, la creatividad y la honestidad intelectual, de tantos que pasaron haríamos una buena lista, muchos ahora exitosos en sus nuevos trabajos, buenas personas unos y otros fundidos en el fango de la traición.

Como en todo proyecto siempre hay altos y bajos, ahora recuerdo con prístina claridad cómo comunidades enteras lo tomaban de referencia e incluso hasta de debate en su formación humana, política y en algunos casos cristiana.

Recibimos apoyo voluntario, que aún mantenemos, de destacados profesionales de distintas partes del mundo para darle altura, respeto y coherencia a nuestras secciones, por ejemplo: el Dr. Elio Masferrer Kan, de la ENA-INA de México (Escuela Nacional de Antropología) experto en antropología de las religiones que edita nuestra sección Creencias, una de las más leídas y consultadas por nuestros lectores digitales; también el Dr. Manuel Alcántara, politólogo de la Universidad de Salamanca, España, quién nos comparte regularmente sus lecturas políticas de Iberoamérica y nos da luces sobre esos intrincados caminos del poder; así mismo Marcelo Valko, psicólogo argentino, docente universitario, especialista en etnoliteratura y en investigar el genocidio indígena, autor de numerosos textos y que en El Independiente nos ilustra, en la sección cultural, con una visión diferente a la del pensamiento dominante sobre las luchas de los pueblos originarios.

Mención aparte, en esta edición 1000, merece el líder sindical salvadoreño Roger Gutiérrez de FEASIES (Federación de Asociaciones y Sindicatos Independientes de El Salvador), que con su columna semanal ha ido leyendo los acontecimientos nacionales desde la óptica del sindicalismo. Y al médico Francisco Parada Walsh que en la sección Estetoscopio nos propone una lectura diferente y cotidiana desde “su montaña”, como le llama él a su ranchito, desde que optó por dejar la ruidosa y contaminada ciudad para ayudar con sus conocimientos en medicina a los pobres en el norte del departamento de Chalatenango. Una verdadera y literal opción por los pobres que no deja de interpelarnos.

Evidentemente, aparte de nuestros suscriptores, que sin su apoyo no existiríamos, expreso un profundo agradecimiento a la Universidad Francisco Gavidia (UFG), a los laboratorios VIJOSA, a SERVIPRONTO, y a las diferentes organizaciones del movimiento social, por seguir siendo fieles anunciantes de nuestras páginas y espacios.

Hay razones de sobra para alegrarse, pero no hay condiciones para estar celebrando. ¿Cómo celebrar mientras el país se hunde en la deriva autoritaria? Son los peores momentos, ya hay presos políticos, persecución sistemática, el nuevo régimen continúa tejiendo una red de leyes para coartar todo tipo de libertades, existe evidente y descarada violación de los derechos humanos, la apuesta es una grotesca vuelta al militarismo.

Estamos pues en un escenario en donde reina la mentira, la corrupción y todas las sombras y oscuridades que eso conlleva.

Insensato sería, de nuestra parte, estar celebrando la edición 1000 cuando las esperanzas de la gente, por un país digno, se derrumban en mil pedazos.

*Director de El Independiente.

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