Por Iván Restrepo.
No comienza el año con buenas noticias relacionadas con el medio ambiente y la conservación de los recursos naturales. Por ejemplo, continúa la deforestación en el mundo. México no es la excepción. Ocupa uno de los lugares nada honrosos al respecto, con todo lo que ello significa en pérdida de biodiversidad, contribución al calentamiento global y pobreza rural.
A ello se agrega la crisis generalizada del agua, convertida en elemento que disputan países y poblaciones. Falta en África y crea enfrentamientos entre naciones. Como en Medio Oriente y África, donde Turquía y Etiopía proyectan magnas obras para generar energía aprovechando los caudales de ríos que cruzan otros países.
En México, sigue la concentración de las concesiones de agua en manos de grandes corporativos y empresas agropecuarias. Un recurso que es de la nación y que cada vez escasea más en la mayoría de las ciudades del país. La temporada de lluvia trae agua suficiente para alimentar las grandes presas y los acuíferos. Estos últimos están sobre explotados, como en la Cuenca de México. Aquí, en vez de retener el agua de lluvia, se hacen obras faraónicas para enviarla al mar, con el agravante de que no resuelven el problema de las inundaciones que año tras año afectan especialmente a miles de hogares de varios municipios del estado de México, por ejemplo.
Además, en las alcaldías más pobladas de la capital del país padecen racionamiento del líquido virtualmente todo el año.
En Nuevo León, los embalses de los que proviene el agua para la zona metropolitana de Monterrey están abajo de 46 por ciento, lo que augura severos problemas de dotación de líquido a los hogares los próximos meses. Se denuncia la privatización del servicio de agua en Querétaro y Puebla, lo que deja a los usuarios en manos de empresas que buscan el mayor beneficio económico y no garantizar el líquido suficiente a los hogares. Esa privatización ya mostró sus inconvenientes en otras ciudades.
Aunque las instancias oficiales han prometido los recientes 40 años sanear las grandes cuencas hidrográficas, varias continúan hechas un cementerio de sustancias tóxicas. Empeorarán este año. La del Lerma-Chapala-Santiago y la del Coatzacoalcos son dos ejemplos notables de alta contaminación a consecuencia de la industria, los servicios, la petroquímica y la agricultura. Y demuestran que es letra muerta la legislación que obliga al tratamiento de las aguas negras en los asentamientos urbanos y el sector industrial. También están contaminadas las playas que frecuentan miles de turistas en Acapulco, debido a las descargas de aguas negras a la bahía.
Nuevo año, pero ausencia de las acciones efectivas para reducir el calentamiento global. Aunque los organizadores de la reciente Cumbre de Glasgow quisieron hacer aparecer como un gran logro lo allí aprobado, las grandes potencias y muchos países industrializados siguen fincando su crecimiento económico y su vida diaria en los hidrocarburos y el carbón. México entre ellos, lo que contradice los compromisos firmados por el gobierno con la comunidad internacional de naciones a fin de evitar lo peor por el aumento de la temperatura. Sobre los resultados de la Cumbre de Glasgow, el lector encontrará un resumen de lo sucedido en https://ecologica.jornada.com.mx/. Y muy especialmente las severas críticas que sobre la reunión expresaron las organizaciones ambientalistas
Este año, el país padecerá olas de calor en las ciudades, sequía en el agro y avance del mar en los 11 mil kilómetros de litoral. En este último se continuará alentando la construcción de obras públicas y privadas en la zona marítima federal terrestre, esa pequeña franja de 20 metros tierra adentro desde donde rompen las olas. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo no tienen en su agenda ampliar dicha zona, como lo han hecho ya muchos países a fin de evitar lo más posible a que con el avance del mar tierra adentro se causen enormes daños en los asentamientos humanos y las actividades económicas. Aquí, se construye una refinería en Tabasco, donde el mar ya afecta la franja costera. A la vez, y gracias a la corrupción, se alienta la ocupación de nuestros litorales para proyectos turísticos en Campeche, Yucatán, Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo, Sinaloa, Jalisco, Guerrero y Oaxaca.
Como los años anteriores, el medio ambiente y millones de personas en el mundo sufrirán los efectos de la irracionalidad humana.
Fuente: La Jornada.