El Salvador es una invención de la Independencia

Palabras dichas por el Señor Pedro Escalante Arce. Y ¡Aun no entendemos! Éramos apenas un departamento de Guatemala cuando en los albores de la independencia se inventaron a El Salvador, no existíamos como El Salvador y parece que seguimos igual.

Por: Francisco Parada Walsh*

Tristemente he sido engañado por un sistema socio-económico perverso como pocos, jamás supe esta verdad, y aun, nada puedo cambiar.

Me enaltecieron a los próceres, hasta adornan los arriates de San Salvador cuando era una camada de malandrines, que aun, sus quintas generaciones se abanican con los reales heredados, me hicieron cantar un himno y fui tan iluso que admiraba a mi padre cuando él lo cantaba ¡Otro engañado! recitaba una oración a la Bandera Salvadoreña cuando ese velacho azul y blanco pertenece a Guatemala; era deber aprenderse toda la geografía del país, los autores del himno nacional y tantas cosas más; debe el lector entender por qué nuestra sociedad no avanza, no tenemos puntos en común sino que todo diverge, todo difiere, todo se engaña, se miente ¿Cómo voy a sentir orgullo de ir a un estadio a ver “Juegos de guerra” si el presidente  y tantos más desconocen la historia de este país? Nuevamente se le miente a una población ilusa y violenta  como pocas, donde la solidaridad es mala palabra; me mintieron desde que puse un pie en kínder y aun, me siguen mintiendo, a mí sí me importa conocer la realidad y la historia de mi tierra, dudo que a los que nos robaron las tierras ejidales les importe; somos los pobres que debemos creer todo, callar ante la mentira, cantar un himno que me obligaron a que me lo aprendiera y ahora, sigo igual de engañado.

¿Cómo vamos a tener una identidad sino somos ni país ni sociedad? Sencillamente eso nos vuelve vulnerables a que cualquier persona nos engañe, quizá no necesitamos mucho, basta unos arrumacos donde “Los mismos de siempre” y tantas frases que cada gobierno inventa, en un país inventado.

Recientemente conversaba con una amiga colombiana y me hizo la observación que aunque duela, no le envidiamos nada a un país africano como Ruanda y otros más, donde tribus enteras se despedazan en el nombre de sus valores y creencias, parece que vivimos lo mismo que un país africano, todos contra todos, el descaro de la cosa pública, la violencia donde considerar a las desapariciones “voluntarias” es la nueva moda ¿Creer que mi hijo se descuartizó, cavó una fosa, se enterró y no quiere que lo encuentre? Solo dice lo enferma de nuestra sociedad; negar que existió  población negra ¿Qué ganamos con negar si son parte de nuestro pasado, presente y futuro? Aquí todo se niega, desde el número de pacientes fallecidos, cuántos desaparecidos hay en cada fosa y nada nos avergüenza como sociedad, ¿Cómo vamos a sentir vergüenza si no somos sociedad? Duro decirlo pero que no nos afecte el desprecio por la vida, ver fotos de jóvenes casi a diario donde nadie vio ni oyó nada, todo es cuesta arriba donde nuestros valores difieren de los valores establecidos por otras sociedades.

Recientemente le ayudaba a un joven de séptimo grado a realizar una tarea, debe tener saldo en su táctil, luego abre un libro en PDF en la computadora y empieza a buscar las respuestas a 26 preguntas sobre geografía, ciencias sociales que, por más que quise ayudarle me di por vencido; preguntas que, en mi vida, jamás me servirán.

¿Qué pasa si sé o no sé la altura de determinado volcán del país? ¡En absoluto! Quisiera saber por qué nos siguen saqueando, ¿Cómo permitimos que la violencia sea casi nuestra manera de vivir?, conocer a los responsables de que tantos salvadoreños tengan que salir huyendo del país en busca no del sueño americano, sino de morir en el intento; todo lo anterior tiene íntimas conexiones, nada es al azar, todo está trazado para que, creamos que celebramos la independencia, alumnos que desfilan sin saber la razón de su pérdida de tiempo, soldados que ensayan por horas para lucirse en alardes de la defensa de la patria, pero ¿Cuál patria? Ni el soldado sabe que hubo guerra civil en los ochenta y se le llama “Héroe” mientras al médico, se le masacra.

Poco a poco entiendo esas sabias palabras de uno de los mejores historiadores del país; me duele el corazón cundo leo: “El Salvador es una invención de la independencia” ¿Qué es El Salvador?: Un rebaño que gime de dolor y quizá hasta un dolor auto infringido y que, canta el himno con todas sus fuerzas cuando juega la selección de futbol, luego calla, todo es quedito; ¿Qué es invención?: Sacarse de la chistera alguna nueva gracia, es como que, al momento de gritar ¡Independencia, independencia! Se les había olvidado que existíamos y alguien dijo: ¿Qué hacemos con ese departamento tan disfuncional? La respuesta fue: ¡Hagámoslo país! Y ¿Qué es independencia? : Surf City, Bitcoin City, Desaparecidos City y mientras, el ex presidente de Honduras que nunca creyó que lo que sube, baja, ahora es un pobre mortal que se pudrirá en las cárceles de otro país que no tiene identidad: La tierra de Caballo Loco y de Jerónimo.

*Médico salvadoreño

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