Cesar Leo Marcus.
Para entender la situación
Explicaré algunos datos que explican la muerte del Bitcoin: Hasta el momento se han “minado” (fabricado) el 85% de los 21 millones de Bitcoin posibles, es decir que “debería haber” casi 18 millones de Bitcoin en circulación, pero en realidad se han perdido más del 25%, por diferentes errores tanto de fabricación y de seguridad, es decir, quedan en el “mercado” menos de 14 millones de unidades.
Tomando en cuenta que, en este momento, un Bitcoin ronda los 23.000 dólares, (llego a $67.000 hace 9 meses), el total de Bitcoin valdría unos 322 billones de dólares, pero hoy descubrimos que el 70% de esos Bitcoin están en manos de “solo 64 agentes o inversionistas”, que mueven el valor de la criptomoneda a su gusto, sabiendo cuando subirá o bajara, perjudicando al 30% restante.
La mentira de origen fue fomentar la idea que las criptomonedas estaban destinadas a no tener una autoridad central, prometiendo un sistema financiero abierto, anónimo, democrático e igualitario que no dependería de las reglas tradicionales del sistema económico mundial, permitiendo a las personas ahorrar o especular en dicho valor.
La verdad
Es que sólo es anónimo el monto, no el inversionista, ya que se ha demostrado que hay muchas maneras de ver los datos de quién está negociando la moneda. Esto permite a los organismos gubernamentales y las agencias fiscales conocer el camino de cada Criptomoneda.
Como vemos en realidad las criptomonedas no son anónimas, no son democráticas ni igualitarias, porque su gran mayoría están en manos de unos pocos. La única idea original, que son descentralizadas, hoy perjudica a los pequeños inversores, ya que no hay ninguna ley o sistema económico internacional donde efectuar sus reclamos ante la caída del valor, la cual es generada por los grandes inversionistas.
En los últimos tres meses las criptomonedas ingresaron a terapia intensiva, con muy pocas posibilidades de sobrevivir, porque al no responder a las expectativas iniciales, los inversionistas se están alejando con rapidez, tal vez en una década exista un sistema nuevo y confiable, pero hasta el 2030 no es aconsejable ingresar a este territorio “minado”.
* Cesar Leo Marcus