La posibilidad de compensar la falta de sueño durmiendo más después parece ser un debate tan antiguo como el mundo. Otro debate popular es si el ejercicio físico debe distribuirse en partes iguales cada cierto período del tiempo o si se puede hacer todo en un solo día.
Y es que es bien sabido que uno de los mayores problemas del ejercicio para la mayoría de la gente es simplemente encontrar tiempo para hacerlo durante la semana. En este sentido, los científicos tienen noticias buenas para los llamados guerreros de fin de semana.
Aunque ya se han realizado estudios sobre los beneficios para la salud de ser un guerrero de fin de semana, aún no está claro cómo se compara la realización de solo una o dos sesiones de ejercicio a la semana con la realización de sesiones más frecuentes de actividad física, específicamente en términos de reducción del riesgo de mortalidad.
Actualmente, las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2020 sobre la actividad física y el comportamiento sedentario estipulan que los adultos deben realizar entre 150 y 300 minutos de actividad física de intensidad moderada cada semana o entre 75 y 150 minutos de ejercicio de intensidad vigorosa cada semana (o alguna combinación equivalente).
En un nuevo estudio internacional, los investigadores liderados por Mauricio dos Santos, investigador de fisiología del ejercicio de la Universidad Federal de Sao Paulo, analizaron los datos de salud pública de más de 350.000 personas en EEUU recogidos a través de la Encuesta Nacional de Salud (NHIS) entre 1997 y 2013.
El análisis de estos datos tenía un solo objetivo: ¿importa si se hace ejercicio en una o dos sesiones o es mejor repartir la actividad física en tres o más sesiones regulares durante la semana? Gracias a Dos Santos y compañía, ahora tenemos una respuesta más clara.
Tras comparar a las personas que realizaban el nivel recomendado de actividad física de moderada a vigorosa cada semana, los investigadores encontraron muy poca diferencia entre los guerreros de fin de semana y los participantes que hacían ejercicio con más regularidad, en términos de reducción del riesgo de mortalidad por todas las causas o específicamente por cáncer o enfermedades cardiovasculares.
«Descubrimos que los participantes que hacían ejercicio durante el fin de semana y los que lo hacían con regularidad tenían una mortalidad similar por todas las causas y por causas específicas, lo que sugiere que cuando se realiza la misma cantidad de actividad física, repartirla en más días o concentrarla en menos días puede no influir en los resultados de mortalidad», escriben los autores del estudio publicado en JAMA Internal Medicine.
Por lo cual, en lugar de preocuparse por la frecuencia o el momento en que se debe hacer ejercicio, es más importante asegurarse de que se alcanzan los niveles de actividad recomendados cada semana, pues es entonces cuando los efectos beneficiosos del ejercicio pueden verse con mayor claridad, sugieren los investigadores.