Nuevas diferencias entre organizaciones populares de Panamá y representantes del Ejecutivo hicieron fracasar el intento de la Iglesia católica por pasar a una segunda fase del diálogo social iniciado el pasado 21 de julio.
Sobre el encuentro la víspera en la Arquidiócesis de Panamá, convocado por Monseñor José Domingo Ulloa, en sus funciones de facilitador de las pláticas, Alirio Prado, de Anadepo, cuestionó seguir debates sobre otros puntos sin aún no se cumplen los acordados en Penonomé, capital de la provincia de Coclé, sobre combustible, alimentos, medicamentos, energía eléctrica y seguridad social, entre otros.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, Marcela Galindo, manifestó que están dispuestos a dialogar, pero en un ambiente apropiado para la construcción, con ideas y propuestas.
Sin un panorama claro y sin una fecha para iniciar la segunda fase, mañana jueves 15 de septiembre será reanudada la plenaria en Coclé, en la que las partes presentarán sus posiciones.
La cita preparatoria, que se dio a puerta cerrada y duró cerca de una hora, concluyó sin acuerdos y no se logró establecer quién será el facilitador para la segunda fase, los temas que se abordarán ni la cantidad de representantes de cada sector.
Al salir de la reunión, los miembros de las alianzas dejaron claro su malestar con el sector privado, por haber demandado ante la Corte Suprema de Justicia, algunos de los acuerdos surgidos en la mesa del diálogo.
También los gremios demandaron la presencia de los medios de información, como se hizo en la primera parte de las conversaciones.
En el encuentro, la Iglesia dejó por sentado en qué consistían las dos fases del diálogo y la urgencia de que se pase la página de la primera etapa y se incorpore a nuevos actores.
Por su parte, el viceministro de Comercio e Industrias, Omar Montilla, se limitó a decir que en la plenaria de mañana jueves buscarán la manera de culminar la primera fase.
Desde hace varias semanas, la mesa instalada en el Centro Cristo Sembrador, en Penonomé, Coclé, agotó siete puntos de la agenda: canasta básica, combustible, medicamentos, educación, energía, Caja de Seguro Social y corrupción.
Las negociaciones se estacaron en el octavo y último punto, que está relacionado con la conformación de la llamada mesa intersectorial y de seguimiento.
Por un lado, el Ejecutivo planteó convocar por decreto a la segunda fase del diálogo e ir definiendo en esa instancia la metodología y los temas a tratar, lo que aún está por definirse.
El secretario general de Convergencia Sindical, Eduardo Gil, vocero de la alianza Pueblo Unido por la Vida, dijo a Prensa Latina que con estos obstáculos y los incumplimientos a los primeros acuerdos, pareciera que el empresariado y el Ejecutivo apuestan a la confrontación en lugar del diálogo y la solución concreta a problemas que aquejan a la población. (PL)