Las bacterias son generalmente muy resistentes, pero una de sus principales tácticas de supervivencia es poder encerrarse en esporas, donde pueden permanecer deshidratadas, inactivas, rodeadas de una capa protectora durante cientos de años, sobreviviendo al calor extremo, a la presión e incluso. en el espacio.
Mediante el uso de partículas cargadas almacenadas como energía, en lugar de su combustible habitual, las bacterias pueden responder activamente a pequeños cambios en los niveles de nutrientes para determinar el mejor momento para despertarse.
El descubrimiento desafía nuestra comprensión no solo de cómo se propagan las enfermedades, sino también de cómo la vida puede sobrevivir en condiciones extremas en la Tierra y más allá. «Este trabajo cambia la forma en que pensamos acerca de las esporas, que se consideran objetos inertes» dice el biólogo molecular e investigador principal Gürol Süel de la Universidad de California, San Diego.
«Demostramos que las células en latencia profunda tienen la capacidad de procesar información. Descubrimos que las esporas pueden liberar su energía potencial electroquímica almacenada para hacer cálculos sobre su entorno sin necesidad de actividad metabólica».
Las implicaciones se extienden mucho más allá del manejo de enfermedades en la Tierra: a menudo se piensa que una forma en que podríamos encontrar vida extraterrestre está en estados inactivos similares.
“Si los científicos encuentran vida martes o Venus pueden existir en un estado inactivo, y ahora sabemos que una forma de vida que parece estar completamente inactiva aún puede ser capaz de pensar en sus próximos pasos» sostuvo.