Pensamientos retrógrados que no nos llevan a ninguna parte y mantienen una crisis para las personas de menos recursos

Pensamientos siempre retrógrados, asociados con aquellas posturas que exacerban el individualismo, que cada quien puede y debe salir adelante por sus propios méritos, nos mantiene en condiciones de manipulación mediática gubernamental, con la contradicción de que se trabaja para las mayorías desposeídas de la riqueza producida, pero sin embargo existe siempre una alta concentración de la riqueza producida, inclusive por aquellos grupos de personas que hacen labores independientes o domiciliares.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Las políticas económicas de libre mercado, las cuales privan los actuales momentos del país y en el mundo, hacen que el marco jurídico de hecho y de derecho sea flexibilizado y desregulado, en tiempos de ARENA (1989-2009) se impuso un modelo económico de libre mercado, que desarrolló medidas y acciones que se centraron en la lógica de cada vez menos Estado, la institución pública per se es deficiente en comparación a la empresa privada.

En consecuencia, se impusieron las políticas de privatización de todo aquello que se mantenía a cargo por vía constitucional o como garante de los derechos de ciudadanía por la administración pública. ARENA, estudió la rentabilidad en los servicios públicos y luego de ello tuvimos la reprivatización de la banca, del comercio exterior y de servicios importante como las comunicaciones (ANTEL), la energía en su generación y distribución, los fondos de pensión, los servicios de agua potable, que hoy terminó con la Ley de Aguas, a cargo prevalente de intereses privados de grupos corporativos, antes que los comunitarios o en poder de gobiernos locales.

Además, se privatizó la educación en general, los servicios de apoyo y logísticos a todo nivel encarecieron sus precios, proliferando la educación de baja calidad y de carácter elitista, y como consecuencia el deterioro constante de la educación pública—con presupuestos precarios—infraestructura inadecuada y nada pedagógica—deterioro del cuerpo docente, currícula y programas anacrónicos, se impuso la obsolescencia. Sin ningún cambio sustancial de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, que generara un modelo económico que atacara las causas y las condiciones de pobreza en que históricamente la población ha existido.

Ello lo sabemos, nos ha llevado a que la sociedad salvadoreña no tenga o disponga muy poco una educación privada y pública calificada de acuerdo al desarrollo profesional que el país requiere y necesita. Pero no por disponer de poca formación profesional, sea una persona trabajadora que deba dejarse al arbitrio y discrecionalidad del sistema productivo del país—conocemos que una situación así le limitaría fuertemente un desarrollo profesional en el lugar de trabajo e incluso hasta para ser incluido en la oferta de trabajo-

El Estado, que es el cuestionamiento que se introdujo en la lógica económica neoliberal, un Estado débil e incapaz de ayudar a la ciudadanía a los servicios necesarios para una subsistencia digna. Como consecuencia, imponer por ley el salario mínimo en todo el sistema productivo del país es además de esencial, una medida humanizante en un modo de producción cada vez menos interesado en la persona humana. Argumentos de los retrógrados que defienden las libertades de producir y eliminar como un costo de producción a las personas trabajadoras, despidiéndolas o afectándoles negativamente sus condiciones de vida y de trabajo; dejándoles a la suerte y con la complicidad de un Estado incapaz de generar políticas públicas protectoras y capaces de cubrir las deficiencias que un sistema económico produce conscientemente a saber: educación, salud, protección social, vivienda, alimentación, desarrollo profesional y seguridad ciudadana.

La clara estupidez que es el salario mínimo lo que sostiene la discriminación en la sociedad y de las fuerzas productivas, a partir del cual ya la persona trabajadora no tenga estímulo para progresar y de paso a la existencia de desventajas entre mujeres, jóvenes, adultos mayores, lgtbi, personas especiales, etc. es una total idiotez (aquel que no se mete en política), y sólo se apropia de la ganancia o los excedentes productivos no pagados (plusvalía).

La pobreza en el país y en el mundo es por la manera en que se produce, en la manera en que se apropia de la riqueza producida por todos, sin ningún control y regulación que evite las arbitrariedades y los abusos y rompa con la lógica de no me den pónganme donde hay: recursos económicos, poder y condiciones que me permitan crecer a costa del trabajo de los demás. Las libertades son restringidas y los recursos no se distribuyen de forma tal que el que más se faja, más oportunidad tenga de superar a sus congéneres.

El comercio, no es el problema lo es el mercado, que hace necesario mantener y mejorar los salarios mínimos como una parte mínima de pagar lo producido, la falta de políticas públicas que hablen de la redistribución de la ganancia para todos y proporcionalmente de acuerdo a cómo y qué tanto se ha participado en el proceso productivo, es en lo que realmente hay que trabajar de manera colectiva los grupos de interés.

*Sindicalista salvadoreño

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