Las lógicas gubernamentales no han respondido en tiempos pasados y presentes a buenos servicios públicos, y estos han estado sujetos en mucho a equivocadas políticas públicas, a lógicas económicas, políticas partidarias y a necesidades que no son las de la población que los requiere, demanda y busca dentro de sus lógicas ciudadanas.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Los intereses de los gobiernos de turno que han estado con la obligación de brindarlos de manera solidaria, adecuada, eficaz, eficiente y oportuna, jamás han coincidido con los fines y necesidades de la gente que los demanda; en mucho del problema que hemos observado casi permanentemente, tiene que ver con una lógica de desconocimiento de las funciones de la institución que los sirve a la ciudadanía. Los gobernantes: ministros, presidentes, directores, concejales, ediles, jefaturas, no han dado pie con bola, y sus acciones han estado no en favor de la población que los reclama, en tanto paga sus impuestos, sino en un favorecimiento corrupto del funcionario(a) a cargo de la institución pública de que se trate.
Muchos llegan con el mandato del partido político ganador, lo que se traduce en un alto clientelismo político partidario, lo primero que hacen es favorecerse de las condiciones que se ofrecen en el puesto y que tan ligados o alejados están de quien los nombró; lo que se traduce en lealtades equivocadas, no al pueblo que necesita de buenos servicios públicos diversos, sino a la persona o grupo dominante de arriba que controla el aparato del Estado.
¿Son deficientes los servicios públicos? Es claro que si los son, la causa que los tiene en tales condiciones es lo que debemos trabajar, pero eso tiene a su base la concepción del Estado que está regulado en el marco constitucional, en tiempos pasados, los gobernantes han tomado al aparato del Estado como un botin, y mucho de su accionar está referido al uso y abuso de quienes son los grupos dominantes. Podemos recordar desde la introducción del café en 1860, lo que da pauta a los grupos oligárquicos a salir de cultivos poco redituables, se utiliza al Estado para despojar y apropiarse ilegalmente de la tierra a sus dueños, indígenas, ejidos (comunales). de la iglesia, etc.
Cuando se inicia el siglo XX, hay intentos del Presidente Manuel Enrique Araujo, de empujar al país hacia la industrialización, pero la oligarquía cafetalera dominante, ejerce presiones que llevan a su asesinato en 1913, dando pie a imponer la dinastía Meléndez Quiñonez (1913-1927); actualmente hay una disputa si es legal la reelección presidencial (2019-2029), con discusiones estériles, nada éticas y decisiones poco transparentes que no traen beneficios socio económico para la población. Lo que para la población es la continuidad de deficitarios servicios públicos, en tanto no es la prioridad de los gobernantes electos y nombrados.
Entra el uso y apropiación del Estado por la clase militar desde el golpe de Estado de Hernández Martínez (1932), hasta la huelga de brazos caídos en abril de 1944, que no anula el poder de los militares que continúan en la dirección y administración de los servicios públicos al 15 de oct de 1979, con el derrocamiento del General Romero. En esta oportunidad los servicios públicos lejos de una buena performance para el pueblo que los necesita, se convirtieron en jerarquizados y bajo un régimen militar, los servidores públicos en esos tiempos del pcn causaban alta en situaciones particulares y había militares en cargos diversos del aparato estatal.
Había los poderes del Estado sub sumidos al ejecutivo, lo que ahora sigue siendo una realidad, y las reformas constitucionales de 1950, 1962 y 1983, en ningún caso contribuyeron a cambiar la manera de ofrecer los servicios públicos, el mejoramiento a una profesionalización del servidor público y con un alta preponderancia del derecho administrativo en la ley del servicio civil (1963). Fue en este contexto que se crea la asociación de empleados públicos y municipales-AGEPYM, en clara disputa por su control y recursos acumulados en estos tiempos.
Todo este pasado ha llevado a una clara acción equivocada de los gobernantes de turno—arena, los llevó a su más bajo nivel de desarrollo, al anular el aparato del Estado, y llevar la institucionalidad pública a sus peores niveles de atención al público. Se apropió de los servicios públicos rentables, dejando un hueso sin carne para roerlo por los siguientes gobiernos del fmln, que nunca tuvieron el control de los órganos del Estado.
Las decisiones equivocadas, han llevado a una desmejora sustancial de los servicios públicos diversos, al cierre institucional del INPEP (27/2/2023), y otras instituciones públicas, eliminadas, suprimidas, fusionadas, con claros deterioros constantes y permanentes para quienes los necesitan, que no ofrecen garantías para los que sostienen el aparato público, y quienes no tienen ni un mínimo de participación y derecho a reclamar mejores servicios públicos—¡vaya contradicción!—
*Sindicalista salvadoreño