El 19 de mayo de 1859 tras un combate entre militares y originarios, se hizo una hoguera con los cuerpos indígenas en la que hoy es la céntrica plaza Rivadavia de Bahía Blanca, en una muestra más del cruel genocidio realizado por el Ejército Argentino. Ese lugar un espacio de Memoria y Reflexión debería estar debidamente señalizado por el Estado.
Por: Marcelo Valko*
Dado que eso aún no sucede, la organización Mapuche Kumelen Newen Mapu aquel día, en el marco de la 8° Edición de Bahía Originaria comenzó con una rogativa muy sentida a la salida del sol realizada por las ñañas (abuelas) para que los primeros rayos alumbren un nuevo tiempo de reparación y comprensión.
Luego por la tarde, en aquel sitio de la plaza donde estuvo la hoguera hoy se encuentra “la fuente de los ingleses” como si el inconsciente culposo necesitara ocultar con agua aquel fuego atroz, se convocó a los ciudadanos a conformar un chenque, es decir, un enterratorio donde cada asistente aportó una piedra y así conformar entre todos un enterratorio simbólico.
El momento contó con una gran cantidad de gente que se congregó allí, particularmente me alegró ver muchos niños y jóvenes, incluso docentes comprometidos como Ariel Ramírez y Analía Roldán que vino con sus alumnos demostrando como un nuevo paradigma está alumbrando mientras los kultrunes (tambores rituales) resonaban acompasados convocando desde una cosmovisión renacida a aquellas cenizas dispersas en la plaza.
Muchos de los que trajeron sus piedras para conformar el chenque pronunciaban unas palabras alusivas que eran celebradas por la concurrencia mientras la tarde iba cayendo. En particular me interesa destacar la fuerza y claridad conceptual de Fabiana Méndez integrante de Kumelen a quien ya conocía del Encuentro Indígena de Tres Arroyos del año pasado, volviendo a reivindicar la cultura, la vida y la tierra de la ñuquemapu, resaltando la trascendencia de ese sitio de geografía sagrada donde sus antepasados fueron quemados buscando desaparecerlos de los registros históricos.
Posteriormente nos trasladamos a la Casa de la Cultura de la Universidad del Sur, vale acotar que esa edificación hoy remozada es un antiguo caso de estancia que aún alberga en sus sótanos antiguos calabozos, donde el dueño, verdadero amo y señor “administraba justicia” encerrando a “negros e indios díscolos”.
Allí se había preparado un taller de serigrafía, una hermosa muestra de Belén Calapeña sobre la batalla de Quera que tuvo lugar en el norte en 1875 siendo ese grito de rebelión uno de los antecedentes que dará origen al Malón de la Paz.
También una de las salas estuvo destinada al artista plástico Gununat (NathanielBugnest) donde desplegó su muestra alusiva “Donde hubo fuego semillas quedan…” una producción visual impactante. Luego ofrecí una conferencia sobre la Desmemoriada Historia Oficial basada en un mix de algunas de mis investigaciones.
Encuentros como el efectuado en Bahía Blanca, permiten mirarse a los ojos y tejer redes cada vez más firmes y duraderas que demuestran que el cambio de paradigma está en marcha y que Argentina no es monocroma, no es un apéndice perdido de Europa, sino que posee una pluralidad de voces, tonos de piel y miradas.
*http://marcelovalko.com
Es lento, pero viene…
