Marcos Eduardo Ruiz Ávila engañó a sus amigos inversionistas.
El empresario salvadoreño Marcos Eduardo Ruiz Ávila ha sido denunciado en Nuevo León, México, luego de estafar a un grupo de inversionistas mexicanos con un proyecto de fibras de vidrio.
De acuerdo al relato de los afectados, todo comenzó “con el desarrollo de piezas de fibra de vidrio, una fábrica con un auge impresionante y varios proyectos interesantes, pero Ruiz Ávila se iba a gastar dichos salarios de sus empleados en San Pedro Garza García, uno de los municipios más caros del Estado de Nuevo León, dándose el lujo de empresario, pero a espaldas de esto debía salario de empleados, «amigos», pago de proveedores, abogados, algunos servicios, vehículos, renta de hogar, traicionando acuerdos, entre otros”.
Los socios estafados y engañados califican al salvadoreño Marcos Eduardo Ruiz Ávila como “un lobo con piel de oveja, pues con aparentes creencias cristianas, ora en la comida sin importar quien esté pasando atrocidades después de robar, no pagarle a sus ex empleados, prometer un proyecto millonario, que le daría sustento a todos pero él fue el único beneficiario de todo”, sostiene la información.
El reporte agrega que el denunciado ante las autoridades mexicanas “es un endulzador de oídos quien en su intento por conseguir fondos para su proyecto, iniciando desde cero, sin un peso, logro hacerse amigo de personas que iba conociendo en el camino y estafando. Buscó inversionistas quienes aún esperan el pago de los pagarés que él firmó, de más de 10 MDP MXN, el pago de demandas en conciliación y arbitraje, deudas que superan tal vez ese monto pero a más de un años se ha desaparecido”.
Ruiz Ávila, de acuerdo a informes a huido de México, y las autoridades mexicanas le buscan por lo que es considerado prófugo de la justicia mexicana, en Nuevo León y la Ciudad de México, México. Actualmente en Conciliación y arbitraje en el Estado de Monterrey cuenta con 3 o más demandas por incumplimiento de pagos de nómina.
Cuenta con demandas mercantiles por incumplimiento de pago en pagarés, firmados por su puño, préstamos solicitados, deuda a proveedores estos de servicios y materia prima, insumos y consumibles, Incumplimiento de contratos, deuda con el gobierno por no pagar impuestos, IMSS o seguridad social al empleado, deuda a abogados, e incluso planes de telefonía.
Para cerrar con broche de oro con sus estafa en México, Ruiz Ávila, conoció a varios salvadoreños durante el tiempo en su estancia en el país azteca, a los cuales les prometió una oportunidad laboral y ellos esperanzados en su palabra y el hecho de conocer a un supuesto empresario salvadoreño en otro país, confiaron en él y al final también los defraudó y les quedó debiendo más de un mes de sueldo, el cuál ellos ya contemplaban para sus gastos personales y poder sobrevivir fuera de El Salvador.
(Inserción pagada)