¿Qué hombre o mujer devoto no desearía recibir respuestas verbales a sus plegarias mientras ora? No hay nada más santo que entablar una conversación con algunas de las personificaciones de lo sagrado.
Por: Fabian Acosta Rico
Los místicos sostienen que son capaces de tener esa intimidad con Dios: le hablan y Él les responde. La vía mística exige mucha disciplina, constancia y dedicación en esta búsqueda de la perfección espiritual y comunión con lo divino.
El luteranismo y el protestantismo en general enseñan que Dios se comunica con los creyentes sin mediación de ningún hombre o mujer sagrados, y el mensaje que tiene reservado para cada uno se transmite a través de las Sagradas Escrituras. Cada individuo, gracias al don del Espíritu Santo, tiene el criterio y el discernimiento para interpretar y personalizar la palabra de Dios escrita en la Biblia. Al parecer, los avances tecnológicos le cumplieron su deseo a los protestantes de dialogar personalmente con Dios.
Cuanto más se engrandece la máquina, más empequeñece el ser humano. ¿Será cierta esta afirmación? En religión, para aquellos que desean meditar sin mucho esfuerzo, ya existen dispositivos que facilitan la inducción a estados de conciencia más elevados. ¿Qué tiene de malo? Para el típico individuo postmoderno, obvio que nada. Pues bien, para aquellos que desean dialogar con Dios, aunque sea de forma simulada, también existe una inteligencia artificial (IA) basada en el popular ChatGPT desarrollado por OpenAI. Para quienes pensaban que Dios solo les hablaba a los santos, ahora tenemos esta plataforma llamada «Text With Jesus», que populariza, de manera virtual, la conversación no solo con un bot que simula ser Jesús, sino también con una infinidad de personajes bíblicos, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento, incluido el propio Satanás. El repertorio es amplio: desde la Sagrada Familia, empezando por los padres del Mesías, María y José, hasta sus discípulos y profetas como Moisés.
Muchos de estos emuladores digitales están disponibles de forma gratuita en la aplicación; pero si pagas el plan de tres dólares mensuales, puedes desbloquear otros personajes interesantes como Adán y Eva, e incluso el propio Lucifer.
Los desarrolladores de la aplicación la describen como una «conexión divina de bolsillo» y sostienen que está pensada para cristianos de todas las denominaciones que desean una interacción y conexión profunda con las figuras más icónicas de la Biblia.
El creador de esta singular aplicación es Stéphane Peter, quien explicó que ésta trabaja con una base de datos conformada por pasajes y citas bíblicas referentes a los personajes que simula, de tal manera que las conversaciones con los usuarios son lo más semejantes posibles a las que sostendrían con estas figuras sagradas.
La aplicación está disponible solo para dispositivos Apple, por lo que los usuarios con teléfonos Android no pueden descargarla ni usarla. Sin embargo, se espera que en el futuro esté habilitada para todos los dispositivos y procesadores.
Personas que ya han utilizado «Text With Jesus» comparten que el bot que emula a Jesús suele ser muy moderado y poco controvertido en sus respuestas, e incluso el que simula al Diablo también es políticamente correcto.
En la página de Internet de los desarrolladores, en la sección de preguntas frecuentes, ante el señalamiento textual «¿Estoy realmente conversando con Jesús? ¿No es esto una blasfemia?» La respuesta con la que se disculpan es que su aplicación es simplemente una herramienta que no reemplaza ni imita la comunicación directa con las entidades divinas, es decir, que no busca ser un sustituto de la oración y que es más bien un recurso didáctico que no pretende poseer ninguna forma de conciencia divina. Sus interacciones conversacionales están respaldadas en textos bíblicos y religiosos, siendo la versión de la Biblia utilizada la de King James, muy apreciada entre los angloparlantes.
Este punto es por sí mismo relevante, ya que nos abre la posibilidad de especular sobre la aplicación: si bien está pensada para cualquier cristiano, probablemente aquellos que la encontrarán más familiar serán los de tradición anglosajona y de fe protestante. Claro que no se descarta que católicos de habla castellana o portuguesa también la encuentren interesante, formativa o incluso divertida. Está programada para conversar en los idiomas referidos, así como también en alemán y francés.
Si ya tenemos un androide de la diosa Kannon en un monasterio budista japonés predicando y recitando mantras, influenciados por la misma revolución postmoderna, cultural y tecnológica, era solo cuestión de tiempo para que los cristianos sacáramos nuestro propio Jesús digital sustentado en una IA.
Además del hecho de que fueron cristianos de habla inglesa y presumiblemente protestantes quienes vieron viable y hasta correcto desarrollar esta aplicación, también consideremos que generacionalmente el público que más la puede aceptar y utilizar es el joven, los nativos digitales, quienes se están adaptando más rápidamente a la IA y a todas estas nuevas tecnologías. ¿Estará lejano el día en que estas nuevas generaciones consientan también el desarrollo de un presbítero digital que dé sermones, aconseje e incluso confiese? Ya en Alemania, en una reunión bienal de iglesias evangélicas, una IA predicó a los asistentes.
*Universidad de Guadalajara – México
