El narcisismo es una de los complejos redundantes del fascista, manifiesto en su completa conducta, y proyectada en su urgencia de reconocimiento y aprobación.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
Tal es el vacío que padece el fascista, que, debe imperiosamente hacerlo sentir a los demás.
Así y para ejemplificar, pretende imponernos una nueva lectura, esta vez interesada, de la historia a partir de su arribo al poder, obligatoria porque ¡nadie sabía de él!, lo que es imperdonable, por lo que usando los recursos a su disposición establece un borrón y cuenta nueva, a partir de su nombre, sus logros y su saber.
El logro es imponernos el supuesto de que, siendo el caudillo, un nuevo mesías, es nuestro verdadero salvador, sólo él ha hecho posible la verdadera seguridad y paz en nuestro país, extirpando lo que denomina el cáncer de nuestra sociedad, las pandillas.
Los medios usados son irrelevantes, que importa el haber desmontado la institucionalidad completa, así como vejado la entera legalidad que, sí es obligatoria para el resto, si a cambio él nos brindó esa paz que vende como exitosa a través de la mediática del régimen, y que todavía algunos se creen.
Los despidos de decenas de miles de empleados públicos por la sola razón de haber asumido sus cargos bajo el signo de otras administraciones, o como medida punitiva por hacer patente su desaprobación a las irregularidades cometidas bajo su mandato, así como la detención arbitraria de otras decenas de miles de personas, para llenar cupos, o por haber sido denunciados mediante una llamada anónima, reteniéndoles sin evidencia probatoria de los supuestos delitos con que se les proceso, así como los asesinatos de los casi trescientos ciudadanos bajo detención del estado, con cruda evidencia de haber sido estos torturados hasta su muerte, no importa si lo relevante, ya lo dijimos, es ese gran logro de ser él quién concretara la paz para los demás.
Y qué decir de reducir nuestra economía a los intereses de apenas 160 familias, las cuales son las únicas beneficiadas de acuerdo a la banca multilateral de todo lo emprendido – e improvisado- en materia económica por su régimen, y siendo sólo estos, los amigazazos del caudillo, este nuevo ungido de Dios según algunos pastores pentecostalistas que le son incondicionales y, por extensión beneficiarios del régimen, mientras la pobreza aumentó en el solo primer quinquenio del año en curso, ¡32%!, por encima de la que ya padecemos y de acuerdo a la misma fuente.
O la negación de dar cuentas de su gestión, esa nula transparencia practicada por este que solo puede compararse a la que generaron los regímenes militares de los años 70´s, lo que supone un retroceso de hasta 50 años para todos.
Y más, mucho más.
Pero reduzcámonos a concentrarnos en esas pequeñas frases que manifestó: “…medicina amarga…”, “…prometan no escuchar a la oposición…”, mientras cómicamente juramento a las decenas de asistentes presentados por la mediática del régimen como de apoteósica.
¿Quién beberá esa amarga medicina, y quién no será escuchado?
*Educador salvadoreño