Situaciones políticas que a nuestro entender modifican la lógica acostumbrada y legal, el gabinete de gobierno continúa a un arbitrio sin nombrarse, que consideramos representa una total falta de interés de hacerlo como sería debido; y un respeto mínimo a la población votante.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
S abemos que en la votación no se elige el gabinete, lo hace la persona electa, esto podría estar conformando en nuestra historia una lógica que necesita de una reforma sustancial, entendido que son al menos 17 carteras de Estado las que deben ser elegidas para un nuevo período; podríamos inferir que si hay cambios luego de 5 años del ejercicio anterior, es porque la persona a cargo dio todo lo que tiene, si es nombrado y ratificado en el cargo, parecería que algo bueno hizo y “merece” una continuidad.
Realmente esto parece ser una merienda de cosas que no logra advertirse el sabor que tiene para la población en general, que deposita la confianza en una selección buena, ética y de apoyo a una idoneidad y sobre todo a la claridad que representa el nuevo plan de gobierno para los próximos cinco años—si el retraso es un asunto de que esto último no está completo o no se ha hecho, partimos como se dice con los pies hinchados, lo único quizás positivo es que la estructura de gobierno, continúa bajo las mismas simientes y pilares que han ganado experiencia del manejo del aparato del Estado, y así evitamos fracasos y menos visiones equivocadas para un nuevo período.
No obstante, esta lógica, lo que se observa es que las intenciones puestas en acción sólo se han manifestado para el gabinete de seguridad—que continúa siendo lo primordial a la luz de lo comunicado a la población; y se espera la sorpresa para lo que es la parte del gabinete económico, que estaría siendo de acuerdo a declaraciones la aventura para este período. Este retraso puede ser varias cosas y es difícil saberlo con certeza, en tanto que no quedó claro en el discurso de toma de posesión, cuánto y en qué se va a transformar la economía en el país; y de qué se trata ese tema, toda la rumorología implicante en este asunto apunta que será el cambio en el iva de 13% actual a unos cuatro o más puntos, cuál si fuéramos un país desarrollado.
Alguien en el período anterior, lo decía, si quieres saber en pro de cuáles intereses está el gobierno electo, simplemente observa las medidas y acciones que se tomen, si estas van en pro de los intereses de la gente, sectores populares y marginales o por el contrario es en pro de los intereses de la clase dominante y acumuladora de la riqueza producida. El período anterior, fue para los intereses oligárquicos transformados en un grupo reducido—no fue para todo el sector oligárquico—las reuniones específicas a partir del período pandémico (2020) que dio pauta a pactos para autorizar la apertura de la economía, que en su cierre afectaba drásticamente los bolsillos de dicho sector.
Cuestión que lo que implicó en la realidad fue tratos y estratagemas para conformar el nuevo rol oligárquico y su apoyo a Bukele y, los beneficios a los sectores nuevos, de una pequeña burguesía. Esto delineó para quienes se iba a trabajar, surgieron las tradicionales cortinas de humos (redes sociales) que fueron encargando la publicidad y comunicaciones, para una vez abierta la economía se vaya en el rumbo pactado. Nunca ha estado claro los intereses reflejados en el plan Cuscatlán, si era la economía, la seguridad, la corrupción institucionalizada, la reforma previsional, el abordaje y tratamiento a la oposición, etc.
Pero, se inició luego del bache de la pandemia con el resultado de una economía todavía más hundida y maltrecha para perjuicio y la subsistencia de los sectores laborales, populares y excluidos y marginados. Se centró en la seguridad y la persecución de las pandillas, de acuerdo al discurso no se le puede dar el tratamiento adecuado, si este tipo de problemas afectaba todo el país. Y se decidió por el plan territorial, con toda la compartimentación necesaria y la lógica política que se ha impuesto en estos años pasados; era claro entonces que se rindiera un informe sobre sus resultados, y dar su aval en el hecho que de nuevo el gabinete de seguridad se le ha tomado la juramentación y protesta de ley, en la confianza que la necesidad de una transformación en la economía queda para los próximos meses.
La clase trabajadora, espera que lo social, probablemente está en el horizonte de un tercer período, y tragarse la medicina amarga “el refil” para entender pasivamente en una espera larga para un nuevo quinquenio. No se ve claro la cartera de trabajo cuándo, quién, con qué política—si entendemos a Milei (argentino), es un órgano atrofiado el Ministerio de Trabajo—y en el intercambio en la toma de posesión, la sorpresa puede ser MÁS AMARGA.
*Sindicalista salvadoreño