La semana pasada el régimen nos regaló con otra medida con su estilo: el cierre de la DPI.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
E sta es una institución que lleva en operaciones 70 años, habiendo publicado, generando y reproduciendo el acervo cultural desde nuestras letras y ciencias, hasta las del globo en pleno para nuestro pueblo, siempre actualizadas, y, de un plumazo, haciendo la bancada oficial efectivo el capricho ilegal del ejecutivo, decidido su cierre, persiguiendo concretar el plan que adelantan para con nuestro pueblo, abandonándolo a su propia desidia y desmemoria.
Antes se cerraron sucesivamente el zoológico, el museo de historia natural Saburo Hirao, las casas de la cultura, etcétera, reduciendo además escalarmente los recursos destinados, tanto a educación como a desarrollo social, y a salud, como a todo aquello que suponga destinar recursos para quebrar la rigidez social que padecemos culturalmente.
La justificación tras esto es el que en la actualidad el libro ha sido sustituido por los pc y afines, lo cual es falso, pues un buen libro nunca será sustituido por los mejores gráficos, menos aún el placer de la buena lectura.
Sin embargo, sí es cierto el que la mayoría de la población no lee, incluso los educadores perdieron ese buen hábito en su mayoría, limitándose apenas a releer los textos que usaron los años anteriores sin actualizarlos, lo que se corresponde con el modelo educativo que se utiliza en el país, que no fomenta el pensamiento crítico y reflexivo, la participación cívica activa, la búsqueda de las causales originarias, ni los valores como la solidaridad, el cooperativismo y la empatía, convirtiendo a los educandos en apenas islas, que procuran sólo intereses relativos a ser aceptados, ir con la corriente, participar de lo que anima a las mayorías.
Lo cierto es que detrás de estas medidas, además de los fondos que se dejaran de invertir en la manutención de la infraestructura, la maquinaria, las materias primas y en particular, el personal que dejará de servir como de percibir sus respectivos salarios en este rublo estatal, su efecto directo práctico es que la población dejará de poder acceder a literatura de excelente calidad, que cumple los estándares más elevados, y que posee precios asequibles.
En la misma línea, tampoco la población, en particular la de edad escolar, tiene la debida orientación y formación, para dar el debido uso a las computadoras que de parte del estado recibieron, pues salvo algunos casos aislados, los docentes en un porcentaje bastante elevado no enseñaron el uso de las herramientas que ofrece este recurso, y menos aún usarlo debidamente, reduciéndose apenas a urgir búsquedas que limitan a los educandos a apenas copiar y pegar sin procesar apropiadamente la información que compilan, para finalmente imprimir y entregar.
Por lo que además esta medida tiene que ver con la educación de las masas, que ausente simplemente oye lo que hace el régimen sin calcular su posible devenir.
Porque los pueblos sin memoria tampoco tienen futuro.
*Educador salvadoreño