Desde el inicio de su gestión, el régimen que nos mal gobierna ha sido un manojo de contradichos y sinsentidos que solo redunda en la precarización y empobrecimiento de 2 millones de salvadoreños, mientras el ejecutivo y su entorno se enriquecieron escandalosamente.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
L a improvisación, una degenerada corruptela, una compulsiva mitomanía y un saqueo desmedido, son sus otras características, tan descaradamente practicadas que el despilfarro y los gastos sin sentido, son motivos de descarnadas burlas en la calle, donde antes incluso canciones que celebraron al oficialismo, plagaban el ambiente.
Y es que la desmedida propaganda ya solo engaña a los más simples, junto a los cuales se afilian los interesados, que son los más abundantes, pues descubrieron que siendo lamesuelas diligentes, no les faltarán las sobras de sobremesa.
La última campaña que montara el régimen es precisamente la de mostrar al mundo un país sin pobres, sin los pobres que desalojo de las calles, donde su plan sacado de la manga lograra en apenas 5 años, destacándolo mediando fanfarrias: logra el despegue económico y la prosperidad del país.
Empero, a la gente de comunicaciones de la presidencia como al mismo presidente, se les pasa por alto que nadie les cree, de lo que debieron tomar nota las pasadas elecciones donde mínimos históricos le respaldaron, por lo que por decencia deberían redirigir la abultada cuenta dedicada a comunicaciones de la presidencia, a áreas urgidas de recursos para que puedan éstas, luego de virtualmente 6 años, cumplir sus funciones.
Tampoco les creen afuera, donde todos saben que nuestro país bajo esta gestión es el de menor crecimiento de la región, ¡por 5º año consecutivo!, y por extensión el que menor inversión extranjera ha atraído, lo que redunda en los menores índices laborales desde el final de la guerra, crudamente manifiesto en la procura en pánico que hace el régimen de un rescate financiero por parte del FMI, que ya lo condicionara públicamente, pasando por retornar a la legalidad, mediando la transparencia, lo que implica tácitamente el suicidio para el régimen, que de aceptarlo, lo que ya hace pretendiendo matizarlo, intentará venderlo como el tránsito de una etapa a otra, por lo que ya hemos escuchado de boca de personajes vacuos como lo es el presidente de la asamblea, comentar que las fuerzas del orden no tienen carta blanca para violentar derechos ciudadanos, cuando antes grito cuando pudo que valía hacerlo.
La prosperidad que vende en su retórica el régimen, solo la gozan ellos, la casta política gobernante y sus representados, ese 0,00002% del total de la población que, de acuerdo al BID, son los únicos beneficiados de toda su gestión económica, mientras para el resto lo es la pauperización.
No hay prosperidad en nuestro país, sino un proceso que lleva a las diferentes fuerzas políticas a su radicalización, que solo podrá derivar en un nuevo conflicto civil.
Ese será el legado de este régimen, emulando al martinato con sus 50 años de desgobiernos militares.
*Educador salvadoreño
