Psicópatas, narcisistas, maquiavélicos, líderes tóxicos y controladores coercitivos

“Psicópatas, narcisistas, maquiavélicos, líderes tóxicos, controladores coercitivos: ¿Subconjuntos de un tipo de personalidad “oscura” general?” (“Psychopaths, Narcissists, Machiavellians, Toxic Leaders, Coercive Controllers: ¿Subsets of One Overarching ‘Dark’ Personality Type?”), es la tesis de doctorado de la australiana Karen Mitchell, aprobada en el dos mil veinticuatro.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*


E lla explica que han existido intentos por describir y comprender a las personalidades oscuras, Tríada y Tétrada Oscura, personas que violan las normas sociales y perjudican y ponen en desventaja a los demás por elección consciente. Pero, hay dudas sobre los modelos existentes para ayudar a identificarlas en ciertas poblaciones. Delincuentes encarcelados, estudiantes universitarios y población en general son los grupos estudiados, pero, ninguno es representativo.

El objetivo de Mitchell fue, encontrar un modelo que capte a los criminales, a los que ocupan puestos de poder y a los que no están encarcelados ni tienen grandes logros. Mitchell recurre, como fuentes de información, a personas con experiencia profesional en el trato directo con este tipo de personas y trabajo con sus víctimas. El modelo de Mitchell es la Personalidad Depredadora Persistente. El modelo da cuenta de psicópatas exitosos y no exitosos, de violadores manifiestos y encubiertos de las normas sociales y de la personalidad subyacente tanto en un matón como en un ejecutivo.

El afán de poder, la predatoriedad y la venganza, características de las personalidades oscuras, no se encuentran en los modelos y herramientas de evaluación creadas al presente. La característica clave de la Personalidad Depredadora Persistente es el control, el poder y el dominio, a lo que Mitchell llamo “control coercitivo”. El cual se halla en clérigos pedófilos, en la pequeña tiranía organizacional, en sectas y a nivel macrosocial, en regímenes autoritarios o totalitarios.

Las personas que ejercen control coercitivo, abuso emocional y tortura psicológica pueden no expresar violencia física, pero, provocan un completo estado de subyugación en las víctimas. La psicopatía, el maquiavelismo, el narcisismo y el sadismo, rasgos de las personalidades oscuras, son formas de describir lo mismo. Estas personalidades logran sus objetivos mediante las manipulaciones de individuos. Igualmente, crean miedo y terror en los demás con el fin de mantener el control. Las Personalidades Depredadoras Persistentes, tienen una habilidad para la depredación y saben a quién seleccionar como víctima.

Es fácil el estudio de los psicópatas fracasados, pues las prisiones proporcionan un auditorio cautivo. Para estudiar a los psicópatas “exitosos”, la mejor manera es hablar con personas que han tenido que tratar con ellos debido a la naturaleza de su trabajo. Mitchell utilizo la encuesta Delphi y la “entrevista semiestructurada”. La investigadora formulo preguntas abiertas a un grupo de posible de participantes en una entrevista inicial. Luego elaboró el cuestionario de la encuesta, que se envió a todos los participantes del sondeo Delphi. Se analizaron las respuestas, tras lo cual se realizaron entrevistas semiestructuradas de seguimiento, a un subconjunto más reducido del grupo encuestado. El grupo de participantes fueron siete investigadores de la personalidad, tres investigadores del comportamiento, once profesionales forenses y treinta y seis profesionales no forenses.

Los datos se agruparon por atributos, estrategias o tácticas utilizadas y comportamientos contradictorios. Una conclusión del estudio es que, todos los adultos con “personalidades oscuras” son explotadores, manipuladores y egocéntricos. Las personalidades oscuras que permanecen fuera de prisión se deben, a que tienen una mayor inteligencia y estatus socioeconómico. Pueden tener una mayor capacidad en el control de impulsos y son más aptos para crear fachadas convincentes y llevar una doble vida. Las víctimas de las personalidades oscuras tienen dificultad para comprender, creer y aceptar sus complejas maniobras y sombrías motivaciones. El sentimiento de superioridad y la amenaza silenciosa, por parte de las personas oscuras, originan miedo en las víctimas.

El análisis de Mitchell arrojo la siguiente semblanza de las Personalidades Depredadoras Persistentes. Presentan un impulso intenso y omnipresente por dominar su mundo y a las personas que hay en él. Pretenden tener el control en cualquier situación. Disfrutan manipulando a los demás. Establecen una red de control y destrucción que involucra a muchos protagonistas y realidades. Utilizan una amplia gama de estrategias para garantizar el control, tal como grandes mentiras y una red de seguidores.

Obtienen una sensación de poder a partir del dolor infligido. Cuando se desafía su control, la personalidad oscura establece una serie de normas para los demás: se castiga el incumplimiento, se recompensa el cumplimiento. Se consideran que son mejores que otros seres humanos y que tienen derecho a comportarse como les plazca. Muestran placer al causar daño a muchas personas, pero, se hacen pasar por paladines y justifican sus acciones. Muestran “ira caliente” cuando se cuestiona la visión de sí mismos como superiores, cuando ven frustrado un objetivo y cuando son “expuestos” o amenazados a ser “expuestos”.

Su arrebato repentino de ferocidad va acompañado de comportamientos físicos, para intimidar y causar miedo. Sus ojos se obscurecen en el momento de la ira patológica. Su repuesta interna, patológica y explosiva, es tan aterradora porque parece ir seguida de algún tipo de castigo o venganza. Hay certeza que la persona será dañada si disgusta alguien con una personalidad oscura. La personalidad oscura seguirá vengándose de la víctima, aun después que ha quedado psicológicamente, emocionalmente, financieramente y socialmente destrozada. Los agresores pueden dar señales sutiles a sus víctimas de que están enfadados y van a ser castigadas. Les falta disposición a hacer concesiones o a negociar.

Los compromisos son siempre estratégicos, pueden incluir fingir bondad, demonizar a otra persona o ser muy litigiosos. Una personalidad oscura puede tener fachada de timidez, amabilidad, humildad o torpeza. Y la personalidad oscura tiene una voluntad implacable de mantener la persecución de su objetivo. Mitchell cree que hay que revelar muy bien estas personalidades, pues de ello depende nuestra sobrevivencia.

*Psicólogo salvadoreño

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