Esto no es nuevo, en tiempos de la Dra. Violeta Menjívar al frente de la cartera de salud, hubo un movimiento gubernamental de querer anularlo o revisarlo, pero se vinieron una serie de argumentos en pro y en contra que no fue posible hacerlo o llegar a acuerdos más sensatos.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
C on esto preliminarmente lo que queremos apuntalar es que los escalafones son caros, el Ministro de Hacienda habla de 50 millones anuales de incremento, y realmente los escalafones tienen algunas aristas económicas que no recogen esa realidad económica en materia de recursos del Estado.
Como primeros parámetros de la discusión que se presenta, desde la visión de las organizaciones sindicales es una reivindicación importante y llena de justicia social, en tanto los costos de vida son cada vez más difíciles de cumplir y se requiere de al menos un salario de más o menos 700.00 usd para cubrir necesidades básicas de subsistencia. El punto acá es que mientras unos trabajadores(as) están muy por debajo de ese salario, son 28,000 empleados públicos en el gobierno central entre 401 a 450.00 usd de salario mínimo, otros alcanzan un salario de 1000 a 1200 usd (34,600), pero el detalle acá es que al ser porcentaje lo que va dando base al incremento de acuerdo al escalafón, la brecha entre salarios bajos, medianos y altos va siendo cada vez más alta.
Y por consiguiente de esos 50 millones anuales, cuánto salario en plazas arriba de 1200usd, implicará más dinero para cubrirse, por ello se estableció por la asamblea legislativa un techo salarial de 3,000 usd. ¿Sigue estando la situación escalafonaria en el parámetro de justicia social o dónde habría que hacer la revisión? A todo esto, la polémica de aquellos años anteriores eran siempre una presión del fondo monetario para el gobierno de turno-dicho organismo establecía que la indexación de los salarios era un mecanismo muy generoso (antigüedad más mérito) que había que regularlo de alguna manera, igual hoy se está pretendiendo llegar a un equilibrio por presiones del FMI, sin contar que van 11,115 plazas menos y otras series de recortes presupuestarios.
El punto acá es siempre un análisis con sesgo hacia la baja; y no un análisis hacia los sectores de arriba con altos salarios, además si vemos la correlación de salarios en el sector público, se ve que hay cargos con salarios realmente onerosos de pagarse con los recursos que el Estado recolecta, y en organismos públicos que se salen de la norma de construcción presupuestaria ¿cuántos recursos presupuestarios son en términos del monto anual de dinero de los salarios altos con respecto a los doscientos mil o más servidores públicos registrados en el sistema del ISSS?. Siempre se justifica que por ser la plaza de un jefe, un gerente, director, asesor, técnico, merece siempre más que un servidor público bajo la categoría de administrativo u operativo.
Lo cierto es que los escalafones salariales pretenden cubrir a los servidores públicos en materia de salud y docencia pública, y los demás servidores públicos no tienen escalafón o no merecen ser escalafonados. Las castas militares marcan de acuerdo al grado militar, marcan mejoras salariales, además del cargo que desempeñan, este es un problema de recursos para el sostenimiento del IPSFA y el Servicio Hospitalario Militar; pero no entra en la discusión; el servicio diplomático es otro sistema escalafonario, igual en el Órgano Judicial, donde se ha establecido claramente una desproporción de salarios para el personal que ocupa plazas en áreas administrativas y operativas; con respecto al resto del sector público.
El Ministerio de la Presidencia, ocupa igualmente una estructura salarial muy diferente que el resto, pero nadie piensa hacerse un hara kiri para ordenar las finanzas del Estado. Lo cierto es que 9,000 millones para el ejecutivo; 55 millones para el legislativo y 463 millones el Judicial, siempre tendrá bemoles esa distribución; en tanto hay abusos de los recursos económicos del Estado, los diputados(as) tienen salario, transporte y otro tipos de viáticos para cubrir una persona, el manda más de instituciones importantes como el BCR, CEL, los ministros y otros cargos son igualmente onerosos si los comparamos a partir de la debilidad de los recursos presupuestarios que se disponen a partir de la recolección de impuestos de renta e IVA; sin embargo la discusión no está allí o el FMI no establece algún parámetro al respecto.
Necesitamos una reforma fiscal, que incremente los impuestos a partir de quienes ostentan una riqueza abusiva y prepotente por la manera acumulativa en que la han ganado, para el grado de empobrecimiento creciente que se vive por parte de la mayoría de la fuerza de trabajo ampliada, que tienen que trabajar de sol a sol para subsistir y cubrir sus necesidades básicas.
La población laboral en el sector público tiene una connotación diferente por la fuente de ingresos para el pago de los salarios, pero igual en el sector privado los tabuladores salariales son atinentes para organizar los puestos de trabajo y sumar la experiencia alcanzada, pero acá es un problema que la ganancia producida no se quiere distribuir con equidad y, en el sector público es la falta de diálogo social, que por primera vez el Ministro de Trabajo propone necesario, lástima que dicho ministro no es parte de la sociedad dialogante que necesitamos.
*Sindicalista salvadoreño