¿Qué se conoce por melolagnia? Se trata de una parafilia en la que el placer sexual emana no de la práctica sexual sino de una canción, de una melodía, de la música en sí (y esta no tiene por qué ser erótica ni sugerente).
La mayoría de las personas suele encontrar disfrute en una pieza musical de su agrado; pero los que sufren de melolagnia van más allá, experimentan un legítimo placer sexual en los tonos, las voces y todo lo que rodea la composición musical.
En relación a los sonidos, existen otras parafilias: la acusticofilia en la que el aumento de la excitación se produce al oír sonidos concretos a través de las paredes; el audioerotismo, en el que el placer sexual se obtiene por escuchar conversaciones íntimas que proceden de otra pareja; la ofolagnia en la que la excitación sexual viene al escuchar canciones o ruidos eróticos o la ligirofilia, en la que el placer se produce al escuchar ruidos fuertes.
William Shakespeare decía que “la música es el alimento del amor”, pero de ahí a convertirse en parafilia va un largo trecho.