El Fiscal General de la República, Raúl Melara, declaró esta semana que “va a recuperar los dineros donados por el gobierno de Taiwán”, que fueron robados por el partido ARENA.
Dichos fondos eran para ayudar a los afectos por los terremotos de 2001, pero terminaron en cuentas bancarias del partido oligárquico y utilizados para financiar su campaña electoral del 2004.
Enhorabuena el compromiso del Fiscal, pues sus antecesores (Luis Martínez y Douglas Meléndez) no quisieron aplicar la extinción de dominio a ARENA. Esperemos, pues, que Melara cumpla su promesa y recupere para el Estado esos fondos robados en una operación de lavado efectuada por el ex presidente Francisco Flores a través del Centro de Estudios Políticos “Antonio Rodríguez Porth”. La ciudadanía debe presionar para que lo haga.
Sin embargo, la recuperación no debe ser sólo de los 10 millones que robó ARENA para la campaña de 2004. El ex presidente Flores dijo, a la comisión parlamentaria que investigó el caso, que del gobierno taiwanés recibió “10, 15, 25 o más millones de dólares”. Al final, dicha comisión estableció que en total el robo rondaba los 100 millones que Taiwán donó para la reconstrucción post terremotos, reactivar la caficultura y otros proyectos que no se ejecutaron.
La Fiscalía también debería recuperar los fondos públicos perdidos en todos los casos de corrupción de los gobiernos areneros: desde la privatización fraudulenta de la banca en el gobierno de Alfredo Cristiani, hasta los 300 millones de la partida secreta de Casa Presidencial robados por Antonio Saca. El fallecido economista Salvador Arias calculó el monto de la corrupción de ARENA en unos 37 mil millones de dólares y consideraba que la situación del país sería distinta si esos recursos se hubieran invertido en políticas, planes, programas y proyectos orientados a mejorar las condiciones de vida de la gente. Seguramente no tendríamos los niveles de pobreza, violencia y migración actuales.
Hace tres años organizaciones sociales impulsaron una campaña cívica contra la corrupción titulada: “ARENA, devolvé lo robado”. Después, la campaña electoral de Nayib Bukele acuñó la consiga “(ARENA) devuelvan lo robado”,la cual se posicionó en el imaginario colectivo principalmente a través de las redes sociales y que -seguramente- contribuyó al triunfo del ahora Presidente.
En tal sentido, es oportuno retomar la referida consigna. Las organizaciones deben exigir al Fiscal que recupere los dineros robados en todos los actos de corrupción, y no sólo las donaciones de Taiwán. Igualmente, el Presidente debería utilizar su liderazgo y el respaldo social para presionar por la recuperación de los fondos públicos robados o malversados.
Bukele deber demostrar que “(ARENA) devuelvan lo robado” no fue sólo un eslogan electorero, sino que ahora -como gobernante- tiene interés real en recuperar los dineros de la corrupción.
(ARPAS)
