Los ministros franceses presentaron esta semana el proyecto de ley sobre la bioética que permite a mujeres solteras o a una pareja de lesbianas recurrir a la reproducción médica asistida. Se trata de la primera gran medida de sociedad del mandato de Emmanuel Macron.
El proyecto de ley sobre la bioética incluye reformas que cambiarían varios aspectos de la vida cotidiana y médica de los franceses. El tema más sensible es, sin duda alguna, la reproducción médica asistida y su ampliación a parejas lesbianas y a mujeres solteras, que en Francia denominan PMA. Una reforma muy esperada ya que Emmanuel Macron y el oficialismo hicieron campaña en torno a ella.
«Este derecho es un pedido de la sociedad y vamos a asegurarnos de que la gente pueda optar por esta vía», afirmó a la prensa francesa la ministra de Salud, Agnès Buzyn e insistió en que «los modelos de familia han cambiado».
La PMA será enteramente reembolsada por la seguridad social para todas las mujeres, que estén en pareja o no, de la misma manera que ya lo es para aquellas que tienen una relación heterosexual.
El Consejo de Estado aprobó esta decisión para reflejar «un trato igualitario» en términos de protección social y calculó que representaría un gasto suplementario del 5%, es decir alrededor de 15 millones de euros al año más de lo que cuesta la reproducción asistida hasta ahora.
La cuestión de la filiación
Hoy en día, las parejas heterosexuales que deciden recurrir a la PMA deben firmar un documento que establece los lazos de filiación, antes del nacimiento del bebé. Al nacer, el padre obtiene así automáticamente reconocimiento. Con la reforma, esta declaración de proyecto parental se extiende a dos mujeres y permite una doble filiación materna al nacimiento.
Otra particularidad del proyecto de ley: la identidad del donante de esperma, exterior a la pareja, puede ser revelada si él y los descendientes lo desean. Una vez que el hijo llega a su mayoría de edad, puede presentar una solicitud para conocer su origen, si el donante accede a divulgar sus datos.
Esta medida se aplicaría a los nuevos nacimientos y no a los realizados hasta ahora. Un sondeo de septiembre de 2018 resaltaba que el 75% de los franceses eran favorables a este reconocimiento.
¿Ola de rechazos?
El gobierno teme que el debate en torno a la reproducción asistida «sin padre», como lo llaman sus opositores, genere las mismas resistencias que el matrimonio igualitario impulsado durante el mandato de François Hollande en 2013. Una ley que había generado numerosas manifestaciones a favor y en contra.
Por el momento, los partidos de derecha han expresado verbalmente su rechazo. Afirman que abriría paso a la legalización de la gestación subrogada, ya que la PMA se aplica unicamente a las mujeres, dejando por fuera a las parejas gays que buscan tener hijos.
«No quiero que nos despertemos en unos años en un mundo transhumanista, donde se puedan crear hijos a la medida, ignorando la naturaleza humana», afirmó el diputado miembro de Los Republicanos, Guillaume Larrivé.
Paradójicamente, el controversial ex jefe de la ultraderecha francesa, Jean-Marie Le Pen, apoyó la ampliación de la reproducción asistida, diciendo preferir «hijos sin padres a la falta de hijos». El ex líder del Frente Nacional defendió la PMA como respuesta a la caída demográfica.
El debate sobre la extensión de la reproducción asistida llegará a la Asamblea nacional francesa en septiembre.
