Por: Salvador Molina Nasser
Cuando recordamos la masacre de los estudiantes universitarios de 1975, en El Salvador ; en el gobierno del General Arturo Armando Molina, se estaba presentando un El Salvador; que no era el verdadero país que se mostraba con la actividad de Miss Universo, ya que la carencia de bienes, las libertades democráticas, la pobreza , la injusticia y la enorme desigualdad, que se percibía necesitaba de atención , más que mostrar una capacidad y derroche económico como el que se gastó en este evento.
Aunque las garantías de ese fatídico día están hoy siendo parte de las demandas por sectores y personas importantes así, como también los mismos familiares que desde ese momento han vivido un calvario para saber de sus familiares, las instituciones no han querido revelar la información.
Las autoridades de la Universidad de El Salvador; están haciendo real esa posibilidad en la medida que están comprometidos con la creación de la cátedra 30 de julio de 1975, y la demanda ante las instancias pertinentes sobre la desaparición de los cuerpos de los estudiantes masacrados ; según testimonio de los pocos sobrevivientes de este hecho.
El proceso de modernización del Estado, tuvo que bañar de sangre las calles que exigían más trabajo, más atención a las demandas sociales que permitiera mejorar las condiciones de vida de la población.
El Estado después de haber enrumbado esa acción genocida, a la guerra de 12 años, los estudiantes están para que se haga sentir en todo sentido y esplendor; el deber ser de estas instituciones, tienen que ser las que den respuesta a las demandas de la Universidad y a los familiares que están a la espera de justicia por parte del Estado.