Si bien las sorprendentes capacidades de supervivencia de los diminutos animales conocidos como osos de agua, o tardígrados, ya eran conocidas, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) logró explicar cómo una proteína presente en estas criaturas las hace tan resistentes, según una investigación publicada esta semana en la revista eLife.
Estos seres microscópicos presentan habilidades impresionantes para sobrevivir en condiciones extremas, pudiendo habitar a temperaturas muy bajas en el océano Antártico, resistir a altos niveles de radiación e incluso a la exposición a químicos que resultan mortales para la mayoría de los seres vivos. Previamente se había identificado en los tardígrados una proteína llamada Dsup, que suprime los daños al ADN inducido por los rayos X, sin embargo, aún no estaba claro cómo esta proteína podía proporcionar protección contra este tipo de radiación.
En esta investigación, los científicos descubrieron a través de análisis bioquímicos que el Dsup se une a la cromatina, una sustancia compuesta de ADN unida a las proteínas. En el proceso se crea una «nube protectora» que resguarda a las células contra los radicales hidroxilo, que son moléculas altamente reactivas producidas por la exposición a los rayos X.