(Por: César Rodríguez Garavito)
Todos lo hemos pensado en algún momento: ¿cómo salirse de Facebook, Twitter, Instagram y las demás redes sociales que nos hacen sentir miserables, como lo han mostrado los sicólogos? ¿Qué razones darse a uno mismo para superar la urgencia irreflexiva de volver a dar ese clic? ¿Cómo recuperar la concentración y la discusión sensata que los algoritmos adictivos y polarizantes de las redes han vuelto casi imposibles?
Las respuestas más expertas y sentidas que conozco son las que está dando Jaron Lanier, el ingeniero-humanista que coinventó la realidad virtual y otras tecnologías digitales. En últimas, la propuesta de Lanier es una sola: hay que salirse de las redes sociales que él ayudó a crear, y hay que hacerlo ya.
Desde el punto de vista de quien conoce los mecanismos de esas plataformas digitales, Lanier da 10 razones a lo largo del libro que lleva el título de esta columna. ¿Por qué abandonar esas cuentas de inmediato?
1. Porque los datos que tienen de nosotros y los algoritmos que usan nos manipulan y nos están quitando la libertad de elección.
Como escribe Lanier en la frase más memorable del libro, “los algoritmos tratan de capturar los parámetros perfectos para manipular la mente, mientras que la mente, tratando de encontrar un significado más profundo, va cambiando sus respuestas frente a los experimentos de los algoritmos…
Dado que los estímulos del algoritmo [que intenta mil formas azarosas de captar nuestra atención con imágenes y mensajes] no tienen ningún significado, porque son genuinamente azarosos, la mente no está respondiendo a nada real, sino a una ficción”.
Lo que lleva a la conclusión que puede conducir a muchos a finalmente salir de redes sociales: “Ese proceso, el de quedar enganchado a un espejismo elusivo, es la esencia de una adicción”, de la cual hay que liberarse como de cualquier otra.
2. Porque salirse de las redes es el acto más eficaz de resistirse a la polarización y la insensatez colectiva que van en aumento.
3. Porque las redes premian nuestras propensiones más nocivas
4. Porque son ideales para la difusión de mentiras.
5. Porque están devaluando lo que decimos.
6. Porque proyectan una imagen postiza de la realidad que nos hace sentir mal.
7. Porque nos hacen pagar con nuestros datos sin recibir ninguna compensación y sin que los creadores de contenidos digitales puedan vivir dignamente.
8. Porque están acabando con la discusión democrática y los sistemas ídem.
9. Porque están erosionando la capacidad de introspección.
10. Porque están acabando nuestra capacidad de empatía.
Hay que ir argumento por argumento, como lo intentaré en futuras columnas. Por ahora les dejo la lista.